—¿Qué le pasa? —El pensamiento cruzó mi mente mientras observaba a Cole de reojo. Se veía... raro.
En un momento, parecía como si fuera a lanzarse hacia mí, una tormenta de intensidad ardiendo en su mirada. Al siguiente, se alejaba, como si físicamente se estuviera conteniendo de cruzar alguna línea invisible.
Era confuso, incluso exasperante, y no pude evitar preguntarme qué estaría pasando por su cabeza.
Luego mi mirada se desvió hacia abajo, atraída por algo en lo que no debería haberme fijado.
Mi respiración se entrecortó y mis mejillas se encendieron al ver la evidencia innegable de su lucha.
El tejido ajustado de sus pantalones hacía poco para ocultar la dureza que presionaba contra el cierre, como si en cualquier momento pudiera liberarse. Mi corazón se saltó un latido, mi mente quedó momentáneamente en blanco al darme cuenta de lo que significaba.