Corazones y Travesuras

Hyun se compuso, sus manos temblorosas se estabilizaron mientras se sumergía en los bocetos y muestras de tela esparcidos por su escritorio. Su determinación ardía con fuerza ahora, pero el peso de la situación aún permanecía en el aire.

Georgina salió de la habitación, sus tacones resonando en el pasillo mientras coordinaba con el personal, movilizando a todos a la acción.

Mientras tanto, tomé mi teléfono, ya desplazándome por mis contactos. La desesperación se adhería a mí como una segunda piel. No tenía más opción que llamar a todos los favores que me debían, a cada aliado que pudiera imaginar.

Primero en mi lista estaba Víctor. Si tenía personal disponible —diseñadores, costureras, cualquiera— entonces ahora era el momento de movilizarlos. Necesitaba refuerzos, y los necesitaba ya.