—Todas las miradas se volvieron hacia la recién llegada —Eve Rosette.
Ella subió a la cubierta con elegancia, su gracia y el aura tranquila que la rodeaba captaron la atención. En un vestido sencillo pero impactante, parecía por completo una mujer que no tenía nada que demostrar.
Murmullos de asombro se extendieron por la multitud mientras susurros estallaban. La presencia de Eve era inesperada, dado el reciente escándalo que había manchado su nombre. Sin embargo, aquí estaba, de pie y sin inmutarse, un marcado contraste con la desesperación anterior de Sophie.
—Si me disculpan, iré a buscar a mi futura esposa —dijo Cole fríamente, dejando a Sophie y a Sofía congeladas en su lugar.
El dúo madre-hija no pudo hacer más que mirarlo irse, sus expresiones una mezcla de shock e incredulidad.
La mente de Sophie giraba. ¿Futura esposa? ¿Cuándo había sucedido eso? ¿No se suponía que Cole despreciara a Eve? ¿No la había rechazado innumerables veces en el pasado? Esto no tenía sentido.