—Entonces, ¿cómo te fue? —preguntó Sofía, su voz rezumaba anticipación.
—Mejor de lo esperado —dijo Elena, reclinándose en su silla—. Eve ni siquiera intentó esconder su desprecio. Se siente amenazada, y eso es exactamente lo que quería.
—Bien. Si no puedo tener a Cole, entonces ella tampoco. No dejaré que me quite todo. No después de todo lo que he sacrificado —la sonrisa de Sofía se ensanchó.
—No tienes que convencerme. Cuando volví a ver a Cole... —La voz de Elena se apagó mientras una sonrisa maliciosa tiraba de sus labios—. Se ha convertido en todo un hombre. Nada que ver con el chico torpe que dejé atrás. Honestamente, si hubiera sabido que acabaría así, no me habría mantenido alejada tanto tiempo.