Intrusión Indeseada

—Apreté los puños mientras una ola de celos me invadía —comenté para mí misma—. Había estado en la oficina de Damien todo el día y ni una sola vez me había mirado con la misma mirada suave y concentrada que ahora le daba a Kelsey.

—Lo entendía, a él le gustaba ella. Y a ella, él —continué pensando.

—Pero la mujer no quería a Damien, no hasta alcanzar su sueño de convertirse en una modelo de renombre internacional. Kelsey se trataba de ambición, de éxito —reflexioné.

—Y sin embargo, ahí estaba. Sentada frente a Damien, metiéndose en su mundo cuando le placía —murmuré con indignación.

—Rodé los ojos. Si realmente amaras a alguien, ¿no harías cualquier cosa por esa persona? ¿No debería ser el amor una fuerza motriz, en lugar de un obstáculo? —cuestioné en voz alta, aunque solo para mí.

—Pero quizás eso sólo era yo —admití.

—De hecho, debería estar agradecida de que ella lo siga rechazando. Cuanto más dudase, mayor sería mi ventana de oportunidad —razoné.