—Abel no tenía ganas de quitarle la armadura a sus esqueletos —según sus experiencias anteriores, entrar él mismo en el Campamento de los Pícaros le llevaría demasiado tiempo. Si simplemente dejaba al Hueso Costilla n.º 1 y n.º 2 en el Páramo de Sangre, no tendría problemas para matar a las criaturas infernales restantes que habían sido perdonadas.
—Hablando de eso, Abel acaba de darse cuenta de algo —con el equipo de caballero, nadie se daría cuenta de que los Huesos Costilla eran en realidad esqueletos. Si no fueran tan débiles en estos momentos, no habría problema en sacarlos a luchar en el mundo real.
—Una vez que el Hueso Costilla n.º 1 y n.º 2 estaban en el Páramo de Sangre, Abel se teletransportó de vuelta al Campamento de los Pícaros —hacía unos cuatro días que había venido a esta realidad. Aún no tenía hambre y sentía que todavía le quedaba mucha energía. La "poción de ración" reforzada funcionaba muy bien.