Los cadáveres de esos Orcos Picoteadores esparcidos debajo del Muro Milagroso básicamente formaban una escalera hacia afuera de 20 metros.
En ese punto, el hechizo de cortafuegos ya no podía despejar esos cadáveres. Tan pronto como algunos cuerpos eran eliminados, otros llegaban para llenar el espacio. Parecía que solo iban a aumentar desde entonces.
En ese momento, Abel estaba un poco sin palabras. Había luchado en innumerables batallas en el Mundo Oscuro, pero todavía no podía entender lo que estaba viendo.
Los ataques de esos Orcos Picoteadores eran prácticamente inútiles. Básicamente estaban desperdiciando sus vidas, no había manera de que fueran a lograr algo contra el Muro Milagroso.
—K3516, ¿sabes por qué los muros milagrosos están desequilibrados a cada lado ahora? —preguntó K3003 con tono sombrío.
—¿Por los cadáveres? —Abel casi no sabía cómo responder.