Una Sensación en Ciudad Celestial (5)

—Tú...

El Maestro Xia temblaba de ira. Se quedó sin palabras y solo pudo apuntar con su dedo a Xia Qi.

—Padre, solo quiero asumir las cargas de la Familia Xia —Xia Qi sonrió suavemente y miró fríamente al Maestro Xia.

Era como si el hombre que tenía delante no fuera su padre.

—Xia Qi, aunque Zixi no pudiera ir, Yu'er aún está aquí. ¡Todavía no será tu turno! —respondió furiosamente el Maestro Xia mientras su rostro se oscurecía y lanzaba sus mangas con ira.

—Jeje.

El Maestro Hong se rió con frialdad y habló con desdén—. Maestro Xia, uno de tus hijos está al borde de la muerte. Pero tienes otro. Tu nieto solo puede heredar la Familia Xia cuando todos tus hijos estén agotados. No me digas que quieres que tu hijo jure lealtad a tu nieto. Eso no tiene sentido en absoluto.

El rostro anciano del Maestro Xia cambió de verde a blanco y de blanco a verde. Sus puños apretados estaban envueltos en una furia ardiente mientras su ira seguía creciendo.