Recogiendo a un pequeño monstruo (1)

Fuera del salón, un Xia Zixi de rostro pálido se apoyaba contra la puerta mientras sonreía débilmente. Sus ojos recorrían cada rostro en la sala de reuniones, su voz era suave y dulce, como el silencioso murmullo de un arroyo.

—¡Xi'er!

El Maestro Xia fijó su mirada en el hombre fuera del salón y una sonrisa emocionada apareció en su rostro anciano.

—Xi'er, tu cuerpo...

—Estoy bien ahora.

¡Boom!

Las palabras de Xia Zixi fueron como una violenta conmoción y perforaron los corazones de todos en la sala. Pasó mucho tiempo antes de que todos recuperaran sus sentidos.

«¿Qué dijo el Joven Maestro Xia?», pensó uno de ellos.

«¿Su cuerpo está sanado?», pensó otro.

Uno debe entender que muchos doctores habían emitido una sentencia de muerte a Xia Zixi y que incluso a la Doctora Fantasma se le habían atado las manos. ¿Quién podría posiblemente ser capaz de curar su enfermedad?

De repente, todos recordaron la gran revelación de Xia Qi...