Jackson Taylor hizo una llamada a Rose Taylor.
La tarjeta fue emitida por Rose, por lo que ella naturalmente conocía el número de la tarjeta. En solo unos minutos, la tarjeta de Abigail fue congelada.
En la cama del hospital, Ruby Green, que había estado irritable desde ayer, escuchó la noticia. Su estado de ánimo finalmente se alivió un poco. —Veamos cuánto tiempo puede seguir engreída. Sin dinero, ni siquiera podrá pagar su matrícula. Tendrá que venir a suplicarnos algún día.
—Concéntrate en recuperarte. El compromiso está a poco más de dos meses. No puedes actuar impulsivamente ya. Una vez te conviertas en la joven señora de la familia Piers, esa perra barata no será nada. —Rose Taylor consolaba a su hija a su lado.
Al escuchar esto, Ruby parecía complacida pero su rostro pronto se tornó sombrío. —Mamá, ¿por qué Brandon ayudó a esa gorda perra ayer?