Capítulo 32: ¿Ella quiere estar gorda?

Rose Taylor se enfurecía más cuanto más lo pensaba. De repente, su mano se cerró en un puño, agarrando la sábana con fuerza, y sus ojos se llenaron de veneno mientras miraba a Abigail. Tenía que haber sido esa gorda perra quien usó algunos trucos.

Pero inesperadamente, quizás debido a su enojo, su pierna ya dos veces fracturada de repente comenzó a calambrearse. —Ay, mamá, duele tanto...

Rubí gritó de dolor, sus mejillas hinchadas se tornaron rojo purpúreo. Gotas de sudor aparecieron en su frente mientras se retorcía en la cama de agonía.

Aún buscando consuelo en los brazos de Lincoln Green, Rose fue devuelta a la realidad y vio la condición de Rubí. —Cariño...

Lincoln rápidamente ayudó a Rose al lado de la cama y presionó el botón de llamada. En poco tiempo, los médicos se apresuraron a entrar.

Brandon Piers se levantó, su rostro exquisitamente guapo mostraba poca emoción pero, al pasar por Abigail, dijo:

—Vámonos.