Clark Stone lentamente desató la cuerda áspera de las manos de Abigail Green.
Había pensado que esta mujer gorda se daría aires por mucho tiempo. Pero al final, era simplemente así. ¿Realmente pensó que trabajar como niñera para la familia Piers la hacía noble?
Ridículo.
Además, Clark estaba muy confiado. Sabía cuán obsesionada había estado esta mujer gorda con él en aquel entonces.
Ahora, con solo mostrar un poco de amabilidad, ella seguiría estando a su merced.
Su visión periférica echó un vistazo a la dirección de la cámara, y sonrió con orgullo. —No bebiste nada antes. ¿Por qué no tomas algo conmigo para divertirnos?
—Está bien. —Abigail miró el vino tinto abierto en la bandeja de la cama y sonrió inocentemente.
Clark se volvió aún más engreído. En lugar de forzarse sobre una mujer gorda, prefería a aquellas que venían voluntariamente. Era mucho más convincente. Mientras hablaba, la cuerda áspera se desató. —Listo.
¡Zas!