Capítulo 63: Un hombre regordete con un destino retorcido

Abigail Green salió del bar, sus oídos finalmente en paz.

Cuando era médico, ocasionalmente iba a bares para relajarse durante sus vacaciones. El trabajo de alta intensidad requería una salida loca. Pero su yo original era muy introvertida; rara vez incluso iba a grandes centros comerciales, y menos a bares.

Sus oídos realmente no podían soportar el clamor del bar.

Caminando por la calle junto al camino empedrado, Abigail comprobó la hora. Había pasado una hora y media, y Teddy ya debía estar alborotándose. Se puso ansiosa y extendió la mano para llamar a un taxi.

Pero en ese momento, alguien se chocó con su espalda. Molesta, se giró, y una mano áspera le cubrió la boca y la nariz.

En su cuerpo actual, Abigail estaba bastante inconvenienciada. Quería defenderse, pero el olor a éter ya le hizo perder la conciencia.