Brandon Piers se sentía eufórico, no solo por el pequeñajo en sus brazos, sino también porque el rostro tranquilo de alguien más mostraba tensión por él.
Se volvió aún más excesivo, controlando la fuerza en sus manos, levantando y bajando a Teddy repetidamente. El pequeñajo se reía aún más fuerte, con la boca desdentada bien abierta, los ojos entrecerrados de alegría.
Abigail, al margen, pensaba que este hombre lo hacía a propósito.
Kelly no pudo evitar exclamar —¡A Teddy le gusta mucho su papá!
El hombre, que había estado nervioso solo un momento antes, escuchó la risa inocente de su hijo, y luego al oír las palabras de Kelly, fijó sus estrechos ojos color ámbar en el rostro del pequeñajo y preguntó —¿Te gusta Papá?
Su respuesta fue otra ráfaga de risitas.
Brandon tomó esto como un sí definitivo y se rió junto con él. Había pensado que llamar a sí mismo "Papá" sería difícil, pero resultó ser tan simple una vez que lo dijo.
Este era su hijo, qué increíble.