Capítulo 410: El Pequeño Gordito, ¡Él es Suyo!

Treinta minutos no fueron mucho.

Incluso podría decirse que fueron muy cortos para una cirugía de corazón.

Pero para aquellos en el lugar del accidente automovilístico, fueron los treinta minutos más agonizantes.

Finalmente, Abigail cerró el pecho de la niña y comenzó a suturar.

Brandon Piers estaba de pie a un lado, conteniendo la respiración como los otros dos médicos.

Sabía que Abigail era increíble, pero nunca la había visto operar tan de cerca antes. Su cara normalmente suave y gentil ahora irradiaba una confianza y determinación sin igual.

En esta escena horrenda llena del fuerte olor a gasolina, y la constante amenaza de explosión, ella parecía un ángel descendido, deslumbrante y fascinante.

Y esa persona era suya.

Al pensar en esto, Brandon no pudo evitar sonreír con orgullo.