Capítulo 131 Todos son Musgo Negro

—Huo Sining sentía bastante curiosidad, preguntándose si el joven que había comprado la piedra en bruto era un verdadero experto en la apuesta o, al igual que ellos, un novato que acababa de entrar en los círculos del juego de piedras, tan valiente como un ternero que no teme al tigre.

—Huo Sining y sus dos compañeros permanecieron en silencio en las afueras, observando, y no pasó mucho tiempo antes de que la multitud dentro comenzara el proceso de corte de la piedra.

—Cuando se oyó el sonido de la máquina cortadora de piedras rascando, la multitud se quedó en silencio.

—En la entrada de la tienda, el Maestro Solucionador de Piedras trazó una línea recta a lo largo de la Banda Pitón; la cuchilla de la rueda de moler cortó decisivamente justo en la línea marcada, coincidiendo perfectamente el corte con la marca.

—Con la caída del trozo de piedra, el maestro movió la piedra, revelando la fractura limpia a los ojos de todos.