Huo Sining no creía que hubiera nada de malo en engañar a las personas porque no estaba haciendo nada perjudicial o escandaloso, solo contando una pequeña mentira piadosa.
Ella hacía esto simplemente para evitar revelar la existencia de la Perla Repelente del Agua dentro de su cuerpo, totalmente por autopreservación.
Después de todo, algo tan peculiar como la Perla Repelente del Agua no era algo que las personas comunes poseyeran. Si su secreto fuera descubierto, podría olvidarse de vivir en paz. Incluso si no la diseccionaran para investigar, su seguridad personal estaría en riesgo: la idea de dejar que su secreto se expusiera era una tontería de su parte.
—¿Qué quieres? —Bai Yishan no había olvidado la pregunta que Su Qingqing había hecho cuando vino a verla. Si Huo Sining realmente pudiera proporcionarle materiales de jadeíta en bruto, entonces abrir su propio estudio sería tan simple como decirlo.