Huo Sining no tenía idea de que Gu Xu se había encontrado con esa tonta de Wu Linger; estaba agachada frente al puesto de un hombre de mediana edad, inspeccionándolo con curiosidad.
Era otro extraño puesto que veía Huo Sining, que, además de un gran pedazo de jade sin cortar, estaba desordenadamente amontonado con varios trozos pequeños.
El gran trozo de jade sin cortar estaba colocado en el medio, con cera en la piel de lao chang kou, un pie y medio cuadrado, y Huo Sining no contó los pedazos pequeños al lado, pero parecía haber al menos una docena, variando en calidad y desde un máximo de cuatro kilogramos hasta tan pequeño como un huevo.
A primera vista, era un arreglo desordenado, pero lo más importante, estos trozos sin cortar estaban colocados juntos en un soporte con una etiqueta de precio de 125,000.