Los ojos de Hattori Masano brillaban con un destello de determinación.
Sabía que este evento de tasación era una actividad civil, y los dos koi rojos y blancos debían haber sido criados por personas comunes.
Quizás la persona que crió a los peces no era consciente del significado que estos dos koi representaban, pero él lo tenía muy claro.
Décadas de investigación por parte de la corporación se habían vuelto inútiles frente a estos dos peces.
Hattori Masano no sabía si el éxito de estos koi rojos y blancos era accidental o inevitable, tampoco conocía qué métodos había usado el criador para cultivar ejemplares tan exquisitos, pero ya no podía preocuparse por eso. Solo tenía un pensamiento en su corazón, y era que debía adquirir estos dos peces hoy.
Había estado mucho tiempo insatisfecho con su posición actual como vicepresidente, pero con el presidente bloqueando su camino, temía que podría tener que permanecer en esta posición otros siete u ocho, quizás diez años.