Luo Jinzhi dejó que Huo Sining pidiera los platos y, después de un momento de cortés negativa, Huo Sining no dudó en pedir dos platos que a ambas les gustaba comer.
Al ver la expresión natural de Huo Sining, Luo Jinzhi respiró aliviada en su corazón, luego ella pidió un plato que sentía que era presentable. Quería mirar más, pero Huo Sining ya había hablado para detenerla.
—Solo somos nosotras dos, no hay necesidad de pedir demasiados platos. Sería un desperdicio si no podemos terminarlos.
Huo Sining sabía que Luo Jinzhi no ganaba dinero fácilmente, y su familia no era rica. El hecho de que Luo Jinzhi la invitara a comer ya contenía mucho sentimiento. En cuanto a lo que comían, a Huo Sining no le importaba.
Después de haber pasado tanto tiempo con Luo Jinzhi, Huo Sining sabía que Luo Jinzhi era directa y decía lo que pensaba, así que Luo Jinzhi no insistió.