—¿Realmente quieres que esta hermana trate tu enfermedad? ¿Y si no te cura?
Song Chunxue solo mencionó la posibilidad de no curarse, no atreviéndose a sugerir que la condición podría empeorar, pero en su corazón, todavía sentía que todo el asunto del Masaje Qigong de Huo Sining era solo una farsa, de ninguna utilidad real.
Lu Ruiqi miró a Song Chunxue seriamente y dijo:
— Si ella no puede curarme, aceptaré tu solicitud de ir al extranjero para recibir tratamiento, ¡y definitivamente cooperaré con tus exámenes!
Al escuchar esto, Song Chunxue se sorprendió. Su hijo era terco, con el temperamento heredado de su abuelo, y era bastante un joven enfadado. Siempre había sido extremadamente reacio a la idea de ir al extranjero para recibir tratamiento.