Comprimiendo memoria

Yu Bei ya llevaba tiempo pensando en pedir ayuda a Qin Sheng. Después de un día ajetreado, viendo que el progreso era lento, propuso recurrir a ella para obtener asistencia.

Sin embargo, Hong Yuan, siendo algo terco, insistió en continuar intentándolo. Pasaron cinco días intentando resolver el problema. Con sólo tres semanas restantes antes del testeo interno, Hong Yuan frunció el ceño y asintió. —Está bien, iré a verla.

Yu Bei suspiró aliviado. Con la experiencia de Qin Sheng, estaba seguro de que se resolvería el problema. Finalmente pudo relajarse; las constantes noches en vela y madrugadas lo habían dejado completamente exhausto.

Al volver a la oficina, Hong Yuan pensó en cómo Qin Sheng había bloqueado su número. Hace unos días, había intentado contactarla varias veces, esperando que viniera a la compañía, pero ella se había impacientado con él. Ahora, él también estaba en su lista negra.