Siendo el novio de Qin Sheng

El tono de Fang Ke era firme, sin dejar espacio para la negociación. —Xie Hen, prometiste que aceptarías cualquier solicitud. ¿Vas a romper tu palabra? Nosotros, hermanos, no lo permitiremos.

Xie Hen se frotó las sienes con frustración. —¿Estás seguro de que no solo me estás tomando el pelo?

Cuando se trataba de mujeres, Xie Hen era en gran medida indiferente. Siempre seguía su corazón: si no le gustaba alguien, no había manera de que se involucrara en una relación. Con su apariencia llamativa y su prestigioso origen familiar, Xie Hen era perseguido por innumerables mujeres, pero nunca había encontrado a una que llamara su atención. Ahora, a los veinte años, Xie Hen aún no había tenido una sola novia.

Fang Ke replicó:

—¿Cómo es esto tomar el pelo? Tener una novia es una gran cosa: ¡una experiencia agradable!