Capítulo 178: La Dinastía Xuan se Inclina

El ocaso cayó, y el sol poniente era como sangre.

Los rugidos entre el cielo y la tierra continuaban sin cesar, la vasta tierra estaba envuelta en llamas, y el viento salvaje soplaba con fuerza. Incontables cultivadores caían uno tras otro, todos cargando en la misma dirección. En su camino, cadáveres volaban hacia ellos, forzándolos a esquivar abruptamente.

El terror llenaba los ojos de cada cultivador. En sus pupilas, una llama tan brillante como el sol ardía furiosamente, más deslumbrante que el sol poniente.

Ese sol era la manifestación del energía yang de Fang Wang.