—¿Dios Verdadero del Palacio Celestial? —Las cejas de Fang Wang se fruncieron involuntariamente bajo la máscara de zorro al escuchar la misteriosa voz.
Xiao Zi, Niu Hai y Duan Tian no habían oído la voz y permanecían vigilantes, mirando hacia adelante.
Fang Wang permaneció en silencio, esperando con calma.
A medida que volaban más profundo, la niebla delante se iba disipando gradualmente y las montañas empezaban a tomar forma.
Duan Tian, de pie detrás de Niu Hai, miraba intensamente hacia adelante, sus párpados temblando violentamente.
No eran montañas en absoluto, sino más bien esqueletos gigantescos de huesos blancos.
Estos esqueletos se parecían a los huesos humanos, pero eran mucho más grandes, la mayoría de más de mil zhang de altura, y todos estaban arrodillados en el suelo; era difícil estimar su altura si se levantaran.
La atmósfera se volvía tensa, e incluso Xiao Zi no se atrevía a ser descuidado, sus ojos de dragón barrían constantemente en todas direcciones.