Liam decidió que no iba a pensar más en el sueño.
No tenía sentido. No había pruebas de que su padre ocultara algo, y obsesionarse con ello solo lo distraería de lo que realmente importaba: sus estudios y su vida social.
Era hora de concentrarse en el presente.
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En la Escuela
El sonido del bolígrafo de Liam llenaba el aula mientras anotaba rápidamente las explicaciones del profesor. Las clases habían sido intensas, pero él necesitaba este tipo de enfoque.
Cada número, cada ecuación, cada párrafo de su libro de texto eran más fáciles de procesar que los pensamientos caóticos en su mente.
Cuando la campana sonó, exhaló un suspiro de alivio y cerró su cuaderno.
—¿Por qué siempre tomas tantas notas? —preguntó Isaac, apoyando la cabeza en su brazo.
—Porque así es más fácil estudiar después —respondió Liam sin levantar la vista.
Isaac resopló.
—Eres una máquina.
Antes de que Liam pudiera replicar, Ethan apareció y se dejó caer en el asiento junto a él.
—¿Está molestándote otra vez, Archer? —preguntó con una sonrisa.
Liam suspiró.
—Él solo habla demasiado.
—¡Oye! —protestó Isaac.
Ethan rió.
—Eso no es ninguna novedad.
Isaac le dio un leve codazo y luego miró a Liam con curiosidad.
—Oye, hablando de estudios… ¿qué tal si esta semana salimos a relajarnos un poco? Ya sabes, un descanso antes de los exámenes.
Liam dudó.
—No sé…
—Nada de excusas —interrumpió Ethan—. Vas a venir.
Liam lo miró con el ceño fruncido.
—¿Quién dijo que puedes decidir eso por mí?
Ethan se encogió de hombros, su sonrisa perezosa en su rostro.
—Llamémoslo intuición.
Isaac sonrió con diversión.
—Entonces, decidido. ¡Este viernes en la cafetería nueva del centro!
Liam suspiró, pero no pudo evitar sonreír un poco.
Tal vez distraerse con sus amigos no era una mala idea.
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Viernes por la Noche
El ambiente en la cafetería era acogedor, con luces cálidas y un aroma a café recién hecho flotando en el aire.
Isaac ya estaba ahí cuando Liam llegó.
—¡Mira quién decidió aparecer!
Liam rodó los ojos.
—No llegué tarde.
—Solo un poco —intervino Ethan, que estaba apoyado en la barra, con una taza en la mano.
Liam le lanzó una mirada, pero Ethan simplemente sonrió.
Se sentaron en una mesa y pidieron sus bebidas. La conversación fue relajada, llena de bromas y anécdotas de la semana.
Pero Liam no podía ignorar una cosa.
Ethan estaba más cerca de lo normal.
Sus miradas se cruzaban con más frecuencia.
Sus comentarios parecían dirigidos solo a él.
Y lo más frustrante era que Liam no sabía cómo sentirse al respecto.
No quería pensar en eso.
No quería pensar en nada.
Por ahora, solo quería disfrutar de la noche.
La conversación fluía con naturalidad hasta que ella apareció.
—Disculpa… ¿eres Liam Archer?
Liam levantó la vista de su café. Frente a él, una chica con cabello oscuro y ojos chispeantes lo miraba con una sonrisa confiada.
—Sí… —respondió con cautela.
Ella inclinó la cabeza ligeramente, sus labios curvándose en una sonrisa juguetona.
—Me llamo Valeria. He escuchado de ti antes, pero nunca había tenido la oportunidad de verte de cerca.
Liam frunció levemente el ceño.
—¿Ah, sí?
—Sí… —su mirada recorrió su rostro con descaro antes de añadir, con un tono provocativo—. Eres más lindo de lo que imaginaba.
El silencio en la mesa fue inmediato.
Isaac casi escupió su café.
Ethan, que hasta ese momento había estado relajado, levantó una ceja con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Liam sintió su cara calentarse. ¿Qué se suponía que debía responder a eso?
—Gracias… supongo —dijo, desviando la mirada.
Valeria se acomodó con más confianza en su asiento, apoyando un codo en la mesa y sonriendo con coquetería.
—No hay por qué ser tímido, Archer. Solo digo la verdad.
Ethan giró lentamente su taza de café entre sus manos, observando la escena con un aire tranquilo… demasiado tranquilo.
Isaac, por otro lado, estaba disfrutando cada segundo.
—Oh, esto se puso bueno.
Liam le lanzó una mirada de advertencia, pero antes de que pudiera decir algo, Valeria continuó.
—Dime, Liam… ¿te gustaría salir algún día?
El aire pareció volverse denso en un instante.
Liam sintió una extraña tensión en su pecho. No porque no le agradara la idea… sino porque todo esto estaba pasando demasiado rápido.
Isaac miró a Liam con una sonrisa maliciosa.
—Vamos, Archer. No todos los días una chica linda te invita a salir.
Valeria sonrió con diversión.
—Oh, ¿me llamaste linda? Qué halagador.
Isaac levantó las manos en son de paz.
—Solo digo lo obvio.
Liam sintió que su garganta se secaba.
Pero antes de que pudiera responder, Ethan habló.
—¿Y qué dices, Liam?
Su voz sonaba ligera, pero había algo afilado en su tono.
Cuando Liam lo miró, notó algo en sus ojos.
Algo que no había visto antes.
No era molestia, pero tampoco indiferencia.
Era otra cosa.
Y esa mirada le hizo dudar aún más.
Liam sintió todas las miradas sobre él, esperando su respuesta.
Isaac, con una sonrisa expectante.
Valeria, con confianza en su postura y ese brillo juguetón en los ojos.
Ethan… observándolo con algo que no lograba descifrar.
Respiró hondo y se obligó a mantener la calma.
—Me siento halagado, Valeria… —dijo con tono neutral—. Pero no eres mi tipo.
El silencio fue inmediato.
Isaac parpadeó, sorprendido.
Ethan dejó su taza de café sobre la mesa con más lentitud de lo normal.
Y Valeria… sonrió.
No parecía molesta. Ni incómoda.
Solo… interesada.
—Vaya, vaya… eso sí que no me lo esperaba.
Se cruzó de brazos, apoyando un codo en la mesa mientras inclinaba la cabeza.
—¿Entonces? —preguntó con curiosidad—. ¿Cuál es tu tipo, Archer?
Liam sintió un ligero escalofrío en la espalda.
—No lo sé.
Valeria chasqueó la lengua con una sonrisa.
—Hmm…
Su mirada se deslizó hacia Ethan por un breve instante antes de volver a Liam.
Isaac soltó una carcajada.
—¡Esto sí que no me lo esperaba! Valeria, ¿acabas de ser rechazada?
—Parece que sí —respondió ella con naturalidad.
Liam suspiró.
—No era mi intención ser grosero…
—No lo fuiste —Valeria sonrió—. De hecho, me agradas más ahora.
Liam parpadeó, confundido.
—¿Qué?
—Me gusta la gente que sabe lo que quiere. —Se levantó de su asiento y le guiñó un ojo—. No te preocupes, Archer, no me rindo tan fácil.
Liam la observó salir con tranquilidad, dejando un aire de intriga tras ella.
Isaac se inclinó en la mesa, mirándolo con diversión.
—Bueno, eso fue inesperado.
Liam resopló, llevándose una mano a la cara.
—No empieces.
—No diré nada, pero… alguien aquí parecía muy interesado en tu respuesta.
Liam frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
Isaac solo sonrió, pero fue Ethan quien respondió.
—Nada —dijo con calma, su voz tan casual como siempre.
Pero cuando Liam lo miró de reojo, notó una ligera curva en sus labios.
Como si estuviera… satisfecho.
Y por alguna razón, eso lo puso más nervioso que la propuesta de Valeria.
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El día siguiente transcurrió con normalidad.
O al menos, hasta que Valeria volvió a aparecer.
Liam estaba guardando sus libros en su casillero cuando sintió una presencia detrás de él.
—Hola, Archer.
Se giró y ahí estaba Valeria, con esa misma expresión confiada y ese brillo misterioso en los ojos.
—¿Otra vez tú? —preguntó, cruzándose de brazos.
Valeria sonrió, inclinando ligeramente la cabeza.
—No te preocupes, no voy a insistir más.
Liam levantó una ceja.
—¿No?
—No —confirmó ella—. Pero te haré una última propuesta.
Liam suspiró.
—¿Qué clase de propuesta?
Valeria apoyó una mano en su casillero, acercándose un poco más.
—Una sola cita. Solo una.
—Valeria…
—Escucha. Si sales conmigo solo una vez y sigues sin interés, te prometo que te dejaré en paz. Nunca más te molestaré, nunca más intentaré cortejarte.
Liam frunció el ceño.
—¿Y cuál es el truco?
—No hay truco —respondió ella con una sonrisa juguetona—. Solo una cita normal. Unas copas, un poco de diversión… y si después de eso sigues sin verme como opción, desaparezco de tu vida.
Liam dudó.
Sabía que Valeria no se rendía tan fácilmente.
Y lo de "unas copas" no le sonaba nada bien.
Pero al mismo tiempo, si eso realmente significaba que lo dejaría en paz…
Suspiró y la miró fijamente.
—¿Lo prometes?
Valeria puso una mano en su pecho, como si hiciera un juramento solemne.
—Palabra de Valeria.
Liam pasó una mano por su cabello, frustrado.
Esto era una mala idea.
Pero si era la única forma de terminar con esto…
—Está bien —dijo finalmente—. Una cita. Solo una.
Valeria sonrió con triunfo.
—Sabía que aceptarías.
—¿Dónde y cuándo? —preguntó él, sintiendo ya el arrepentimiento.
—Mañana por la noche. Yo elijo el lugar.
Liam resopló.
—Claro que sí.
Valeria le guiñó un ojo antes de alejarse.
—Nos vemos, lindo.
Liam sintió un escalofrío.
Algo en esto no le daba buena espina.
Pero ya había dado su palabra.
¿Qué podría salir mal?
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Mientras Tanto…
Desde la distancia, Ethan había observado toda la escena.
Su mandíbula estaba ligeramente apretada, aunque su expresión seguía relajada.
Cuando Valeria se alejó, caminó hacia Liam con una sonrisa socarrona.
—¿Así que ahora tienes una cita?
Liam suspiró.
—No empieces.
Ethan inclinó la cabeza, sus ojos brillando con un destello de diversión… pero también con algo más.
—Solo digo que parece que Valeria no juega limpio.
Liam frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
Ethan sonrió con calma.
—Solo ten cuidado, Archer. Esa chica no parece del tipo que deja ir fácilmente lo que quiere.
Liam bufó.
—No necesito que me cuides.
—Lo sé —respondió Ethan, con una mirada que decía lo contrario—. Pero aún así, lo haré.
Liam sintió un nudo en el estómago.
No por Valeria.
Sino porque, por primera vez, Ethan parecía realmente molesto.
Y eso le preocupaba más de lo que quería admitir.