—Bienvenidos al Sueño del Alquimista. ¿Cómo podemos servirles? —alguien se acercó a ellos cuando Kent y Vexthra entraron en la gran tienda llena de hierbas y personas.
En el momento en que Kent puso su vista en esta figura, una sonrisa apareció en su rostro. La última vez que estuvo allí, esta misma dama había intentado convencerlo para que se uniera a su lado.
Ella era de una familia de comerciantes que se especializaba en alquimia, y como tal, quería que Kent, a quien veía como sangre nueva y fresca, se uniera a su familia.
Sin embargo, ella huyó cuando comenzó la situación entre Kent y Annabelle.
Pero ¿quién podría culparla? Podría haber sido de una familia de comerciantes, pero definitivamente no iría en contra de alguien como Annabelle, que era la discípula de un Santo de la Píldora
La malvada Bruja del Veneno, además.