El momento que Kent y Vexthra llegaron a la entrada de la Casa de Subastas Hoja de Plata, los guardias los detuvieron.
Kent sabía que no lo reconocerían, considerando que su apariencia había cambiado. No se atreverían a detenerlo si estuviera con su verdadera apariencia.
—Declara tu propósito —dijo uno de los guardias.
Hoy no era día de subasta, considerando que la Dama Lani no había sido vista en un tiempo, así que visitar no era lo ideal.
Sin embargo, Kent no se ofendió por el tono grosero que usó el guardia. Después de todo, solo estaba haciendo su trabajo.
—Tengo negocios con el maestro de la subasta —respondió Kent.
Al escucharlo decir eso, los guardias se volvieron indecisos. La mención del maestro de la subasta los hizo dar un paso atrás. Cometer un error podría costarles su trabajo, así que tenían que actuar con cuidado.