El Amor Es Una Sorpresa

Los ojos de Soleia se ensancharon rápidamente por la sorpresa ante la audacia de las palabras de Ralph. Su garganta se sentía seca mientras el calor subía rápidamente desde su cuello hasta sus mejillas, y pronto, su rostro era del color de la remolacha. Se dio la vuelta apresuradamente, con todo su cuerpo tenso de vergüenza. ¡Este hombre! ¡Era demasiado encantador para su propio bien!

—Ese tipo de conversaciones hace que mujeres como Evangeline se enamoren locamente de ti —dijo Soleia con un leve puchero mientras recordaba los eventos que ocurrieron hace unos días. Lo pensaba de vez en cuando, y odiaba admitir cómo eso a veces le molestaba incluso en sus sueños.

—En ese caso, ¿está funcionando contigo? —preguntó Ralph, y Soleia inmediatamente lo miró con los labios fruncidos.