—Eso es un disparate —dijo Rafael con los dientes apretados—. ¡Mis hermanos han estado llenando tu cabeza con mentiras porque quieren usarte para sus propios fines nefastos!
—¿Y para qué querrían usarme? —ladró Soleia—. A sus ojos, no soy más que una princesa sin poder.
De hecho, ahora estaba bastante segura de que la razón por la que los príncipes habían estado tan interesados en interactuar con ella era porque querían fastidiar a Rafael. Ella era simplemente un daño colateral. ¡Si no fuera por Rafael, no necesitaría lidiar con ellos desde el principio! Ese pensamiento la hizo rechinar los dientes de irritación. El Príncipe Rafael ciertamente la ayudó a salir de muchos apuros, ¡pero su presencia fue lo que trajo a la escoria a su puerta!
—Eso no es cierto. —Rafael tuvo que aclarar una idea tan peligrosa. Una mirada mortalmente seria entró en sus ojos—. Saben que tienes habilidades de anulación.