Lágrimas. Parte. – 2.

Joan se encuentra caminando junto a Estefanía, estaba con su mirada perdida, estaba en modo automático, respiraba solo de costumbre, su silencio se rompe al escuchar las palabras de ella.

—¿Que le habrá pasado? Desde el sábado que no me habla, no se que habrá pasado.

Él mira a su alrededor para converserse a si mismo que no había escuchado nada, hace oído sordos, él sabía con lujo de detalles de lo que pasó, pero eligió callarse, engañandose a si mismo que necesitaba tiempo para pensar, la duda si decirle o no lo consumía por dentro, ¿Estaba bien quedarse callado en una situación así? No quería romper la ilusión que se había ganado por mérito propio, pruebas tenía para culparla.

Una vez elegido el silencio, los recuerdos de ella junto a Karen y Camila le venían a la mente, recordandole lo felices que eran, las ganas de decirle la verdad volvían a surgir.

Estando ya en el colegio se acerca en silencio Nicol.

—¿Le dijiste ya?.

—No, todavía no, no tengo idea de cómo decirle.

—¿Como que todavía no?.

Joan mira hacia la entrada donde se encontraba Estefanía parada mirando a su alrededor esperando por sus amigas que la vengan a buscar.

—¿Quieres que le diga yo?.

-No.

-Se tiene que enterar de alguna forma, tengo el vídeo si no nos llega a creer.

Él toma su teléfono y se recuesta sobre su banco y ve el vídeo, una y otra vez tratando de saber el por qué de su engaño, la necesidad de hacerlo, sabiendo como era Estefanía, aún así siguió, tal vez este arrepentida, era una de las ideas que explotaban en su cabeza tratando.

Él vuelve a mirar hacia la entrada y ve a Abril tratando de asomarse por encima de sus compañeros buscándolo, cuando llega a encontrarlo empuja todo a su alrededor para abrirse paso y golpea suave el aire hacia abajo indicando que se acerque, Joan voltea rápidamente convenciendose de que no la había visto, se vuelve a perder en sus pensamientos, pero rápidamente vuelve a la realidad cuando su teléfono suena, lo saca con intriga y mira a Abril que le indica que lo atienda, suspira y hace lo que le indica.

—Te estoy buscando, ven.

—Si, ya me di cuenta.

—Entonces vamos.

Él acepta con una simple condición que se pone a si mismo olvidarse el mal día que está teniendo, tal vez esta chica rara lo despeje un poco y haga olvidarse el estres que esta sufriendo, ideas de un loco para ganarle a su cabeza que lo traicionaban a cada segundo.

Cuando sale del curso instintivamente mira a su alrededor en busca de Estefanía, pero no la ve por ningún lado, su preocupación aumenta a mil pensando que se había ido en busca de su amigas.

Los dos se encontraban en el patio hablando como siempre, ella planeaba su jugada contra Nicolás, mientras Joan la escuchaba y la guiaba, pero esta vez se encontraba distraído, su respuestas eran monotonas y secas, ella lo nota raro y la preocupación la domina.

—¿Que pasa?.

—Nada, sIgue.

Ella se niega a su propuesta y vuelve a preguntar lo mismo, ella insistía e insistía, lo movía de un lado a otra, habia optado por el cansacio mental y que se rinda ante su insistencia, agotado de la apretada situación en la que estaba, se rinde y le explica lo que había pasado hace dos días con Estefanía y le muestra el vídeo como prueba.

—¿De esta chica gusta Nicolás? ¿Ella sabe de esto?.

Él niega con dos simple movimientos de cabeza.

—Ella tiene que saberlo.

—No se como decirle.

—Es fácil, dile: ¡Mira! Y le muestras el video.

El receso había terminado, todos regresan a sus aulas, Joan se despide de Abril y emprende su viaje hacia su curso, en el camino ve a Estefanía que estaba parada mirando por la ventana del curso de Camila, se acerca hasta ella.

—¿Que haces parada sola?.

-Estaba buscando a Camila y Karen, pero me dijeron que no estaban, para mí si están, me quedé para verlas, estoy preocupada por Camila.

Él suspira para aliviar la presión en el pecho que sentía al oír las palabras de ella, la toma de la mano.

—Vamonos.

Se la lleva sin que ella hiciera fuerza, se había olvidado del problema que ella tenía al tocarla, estaba cegado por la culpa, Estefanía se sentía liviana, sentía un pequeño cosquilleo juguetón en el pecho, comenzaba a sentir calor, una sonrisa traicionera se dibujaba en su rostro, no podía evitar esconderla, ella no sabía el por que de todas estas sensaciones que aparecían en ella.

Alex M. Martínez.