Lágrimas. Parte. – 3.

Cuando las clases terminan todos salen del curso, Nicol toma del brazo a Joan y se lo lleva a la fuerza.

 —¡¿POR QUE?! ¿Porque no la seguiste?.

 —No lo sé, me paralizó el momento, soy tan idiota, ¿Como está ella?.

 —Ella está mal, no lloró, me quedé con ella, solo estaba callada, con la mirada perdida mirando el suelo, se fue a su casa.

Deberías hablar con ella para que se desahogue, contigo lo hará, ella necesita de eso.

Las horas pasaron demasiado lento, como si hubiera sido a propósito, Joan toma sus cosas y sale del colegio, el sol estaba casi por esconderse, era muy tarde, ya no quedaba casi nadie en el colegio.

Sale con la mirada perdida en su celular, buscando consuelo, una señal, una excusa para poder verla, no queria soportar hasta la siguente salida del sol, cuando cruza la puerta de salida nota una silueta conocida y un aroma familiar, al centrar su vista la ve a lo lejos.

 —¡IDIOTA! ME TENIAS PREOCUPADO.

Estefanía solo baja su mirada, al hacerlo Joan nota un brillo en sus ojos, como si hubiera llorado.

 —¿Que estás haciendo aqui?.

 —Quiero hablar con ellas cara a cara.

Al escuchar esas palabras la piel se le eriza, ella era fuerte, tal vez aún ni siquiera habia llorado, solo se aguanto cada lágrima para sentirse invencible frente a ellas o tan solo estaba acostumbrada a este tipo de dolores que ahora se sentía inmune.

 —¿Quieres que me quedé a ayudart...-.

 —No, debo hacer esto sola, mañana te cuento.

 —Esta bien, suerte niña.

Él comienza a caminar, da unos pasos y se esconde detrás de una pared, cuando gira se da cuenta que también estaba Nicol y Abril.

 —¿Ustedes que carajos hacen?.

 —Cuando llegue Nicol ya estaba aquí, asique me uní.

 —Solo me preocupa la salud de ellas.

 —¿Acaso te agrada?.

 —¡Callate!.

Ella intenta correr su mirada, los tres tratan de acomodarse en pociones para poder verla, agachado se encontraba Joan, por encima de él Nicol que solo inclinaba ligeramente su cuerpo, por arriba de ellos dos estaba Abril parada sobre una piedra para poder superar la altura de Nicol que estaba casi agachada.

Dentro del colegio se encontraba Camila y Karen, escondiéndose con la mirada fija en la entrada.

 —¿Que estamos haciendo Camila?.

 —Ya se va a cansar y se terminará yendo sola.

 —Me parece tan estupido lo que estás haciendo.

 —¿Que? No tienes idea de cómo me siento.

 —¡¡¡TU NO TIENES IDEA DE COMO SE SIENTE ELLA!!! Sus únicas amigas que tuvo resultaron ser unas farsas, ella está sola hace horas parada ahí para intentar arreglar su pequeña amistad y nosotras aquí escondidas esperando a que ella se vaya, esto me parece tan ridículo, no sé que tanto te esfuerzas por quedar bien parada ahora, sí Joan escuchó todo lo que hablaste con tu hermano, ya lo que te pasó no tiene remedio.

Ella le dice esas palabras mientras se aleja de la puerta, Camila quedó congelada y llena de irá por escuchar la verdad viniendo de su propia prima, la que era callada y sumisa fue quien la hizo volver a sentirse en la realidad.

Camila se queda ahí parada por unos cuantos minutos y se levanta para irse engañandosé de que Estefanía no podía estar más ahí esperando por ellas debído lo tarde que era, camina hacia la salida con esa idea cada vez más realista, pero se le derrumba al verla aún parada ahí, ella se asusta mientras Estefanía se le paraba enfrente.

 —¿Que quieres Estefanía?.

 —Quiero que hablemos.

 -¿Hablar? ¿De que? Si ya lo sabes todo.

 —¿Me odias? ¿Estás enojada porque yo estoy más cerca de Joan que tu?.

 —Callate.

 —No importa que él te guste, yo podría ayudarte a que te mire de otra manera...

 —Callate.

 —Yo con Karen podemos acercarte a él, te puedo dar consejos aunque yo no sé mucho del tema, pero puedo esforzarme en aprender y así puedes salir adelante, nosotras somos tus amig...-

—¡¡¡CALLATE!!!

Estefanía se calla, se habia asustado del grito que habia pegado, la mente de Camila ya no soportaba esto, habia llegado a su limite.

—Deja de decir todas estas cosas tan idiotas, mientras más te escucho hablar más te detesto, nosotras nunca fuimos tus amigas, nunca te considere una, no estuviste ni cerca de serlo, quién en su sano juicio podría ser amiga de una fenomena como tu.

Su respiración estaba muy acelerada, al igual que sus palpitaciones, ya no sabia donde estaba, se habia desconectado de la realidad.

—Te odio, porque crees que la vida es fácil, que todo es color de rosa, crees que dando lástima con tu cara puedes hacer que la gente amable como Joan sigan a tu lado, yo a esa cara y tus historias no me las creo nada, eres falsa, lo sé, seguro que nunca sufriste por nada en toda tu vida.

Toma distancia de Estefanía y aumentaba el volumen de su voz.

—¿Porque no luchas por él en vez de entregármelo a mi o acaso te sientes tan segura de que él no se va a separar de ti? ¿A que juego estás jugando? No me vuelvas a hablar, no eres nada para mí, acéptalo, ahora yo quedo como la mala de película y tu te ganaste el papel de chica buena que sufre por esperarme y hablar.

Ella pasa por su lado empujándola con su hombro para hacerse espacio, con la mirada agachada se va del lugar escondiendo cada señal de su rostro.

Joan queda en silencio mirándo a Estefanía, ella no se movió por unos minutos, todos salen y tratan de acercarse a ella.

Joan pronuncia su nombre mientras se da vuelta, ella estaba con los ojos llenos de lágrimas, se mordía la parte de abajo de su labio que temblaba, todo su cuerpo tiritaba, era como si tratará de soportar su llanto.

Estefanía en ese estado solo pronunció dos palabras con una voz quebradiza, casi afónica, solo lo que vieron esta escena podrían entender lo que ella quería decir "Estoy Bien", una simple palabra que trataba de esconder cada pedazo de ella que se había roto por dentro, Nicol se acerca rápido a ella y la abraza con mucha fuerza, Joan intenta frenarla, pero no llega si quiera a tocarla.

 —Dejame, no me importa si ella me pega, no quiero verla así.

Ella seguía repitiendo una y otra vez en automático la misma frase "Estoy Bien" mientras intentaba tocar la espalda de Nicol que no se despegaba de ella, la envuelve entre sus brazos como si intentara exprimir la tristeza que tenia, como si estuviera apagando el fuego que ardía dentro.

 —¿Seguro que van a estar bien?.

 —No se preocupen yo la acompaño hasta su casa.

Nicol se agacha un poco tomando casi la misma altura que Estefanía y le seca las últimas lágrimas que ya no pedían ni permiso para salir, acaricia su cabeza y se va junto a Abril.

Joan camina en silencio junto a ella, él intenta hacerla reír contandole anécdotas del pasado, acordándose de chistes, todo para sacarle una sonrisa, pero ella no reaccionaba, parecía que ni si quiera pestañaba, estaba en shock.

Ella lo agarra del brazo sin que él lo esperara, estaba distraído, se sentía feliz de que lo hiciera y trata de mirar hacia otro lado para que su vergüenza se esfumara, pero todo desaparece cuando ella aprieta con fuerza y escucha como empieza a llorar, ella recuesta su cabeza en su brazo, sus lagrimas se escurrian e iban directo al suelo, no hacía ningun ruido al llorar, solo sus ojos se empañaban, se podría apreciar con la imaginación como su corazón comenzaba a partirse poco a poco.

Todo lo que para ella era un sueño terminó por convertirse en una pesadilla, una en el cual la tenia de protagonista, ya no volvería a hablar con ellas, ya no estarán para ella, su mente le regalaba como despedida los más lindos recuerdos que había guardado todo este tiempo, tapando el último momento donde su alma murió.

Joan se sentía muy triste, lleno de impotencia, verla llena de lágrimas hacia que se contagiara, nunca pensó verla en este estado, era la primera vez que la veía llorar, talvez sea su primera vez que se desahogo completamente, había acumulado tanta tristeza en este tiempo y está fue la excusa de su corazón para aliviar todo el peso que tenía cargado, con una mano ayudaba a secar sus frágiles ojos, era un hermoso marco para una persona que le gustaría que la tristeza se contagie.

Esa noche todo había terminado por fin, con un final gris, todos lograron sacarse el enorme peso con el que cargaban, Estefanía solo le quedará una bonita historia que contar algún día, que al menos para ella fue real lo que vivió, cada sonrisa acompañada de una carcajada, ella trataba de mantenerse cuerda con esa idea mientras que la realidad trataba de rescatarla de su imaginacion.

Alex M. Martínez.