Dentro De La Máscara. Parte. – 2.

Ivana, la madre de Joan estaba sentada en una cafetería mirando a cada segundo su celular, la horas no pasaban como ella se lo imaginaba, un hombre alto entra y ella se pone de pie.

—Por fin llegas.

—¿Perdon que me halla retrasado, cómo estás?.

Él toma asiento y ordena.

—Tengo algo que quería darte.

Él saca un sobre cerrado que insinuaba que adentro tenía dinero, algo que hasta la persona más simple se daría cuenta.

—No vine solo por la plata, quiero que hablemos de Joan.

—Se que vas a decir y te juro que me muero de ganas pero no puedo.

—¿Como que no podes? ¿Él necesita saberlo, hasta cuándo con estas estupideces, ya eres grande, no estamos para juegos.

—¿Crees que es fácil para mí?.

—Parece que si lo es, te lo tomas todo muy a la ligera.

—No puedo aparecer ahora y decile las cosas así nomás, lo mataría.

—¡¡¡ÉL NECESITA SABER QUÉ ERES EL PADRE!!!.

Todas las personas presentes en el local giran al escucharla gritar.

—Baja la voz.

—Me enloquece que sigas siendo el mismo.

—Escucha, hasta el día de hoy me arrepiento de dejarte, tenía miedo. Todo fue de golpe, de un día para el otro iba a ser padre, no te voy a mentir, no lo quería tener, era muy chico, por eso me fui, cuando me di cuenta alguien me reemplazó , verlo sonreír con alguien más fue lo que me destrozó por dentro, me resigne, cuando quise intentar que volviéramos a ser una familia ya...

Ivana interrumpe su narración con un suspiro, así le dio la ventana para comenzar a hablar.

—Ya era tarde, yo te espere, le puse a mi vida un freno por ti, tenía la esperanza de algún día encontrarte de casualidad por la calle y que me digas las simples palabras que quería oír, él preguntaba siempre por su padre, cada noche, cada mañana y yo no tenía idea de que decirle, con los años sus preguntas fueron desapareciendo y hoy ya no pregunta más por ti.

—A eso me refiero, él ya tuvo un padre espetacular como Joan, que lo amó más que yo, lo cuido y lo educó mejor de lo que yo podria hacerlo, le dio todo, yo no quería romper esa ilusión que encontró en él, y ahora Erick, él es una excelente persona, se que lo quiere mucho a Joan, él lo va a cuidar.

—¿Por que te dejas remplazar tan fácil? ¿Que no te importa él?.

—Me duele mucho que haya sido criado por un hombre mejor que yo, me destroza, todas las noches lo soñaba, que él venía corriendo hacia a mí y repetía las palabras "Papá" y solo a mi me las decía, abrazaba la almohada y creía que era mi hijo, quería dormir todo el día por que así lo sentía cerca.

Sus ojos se cristalizaron, reflejaba toda la angustia que había juntado este tiempo.

—Si yo le digo que soy su padre lo destrozó, crearía un caos en él, además hoy no tengo nada que ofrecerle y no creas que yo no estoy al tanto, aunque te suene mal, yo todas las mañanas lo sigo con la mirada hasta el colegio para ver que no le pase nada, sé que hoy tiene amigos, que está muy cerca de una chica linda, estuve cuando juro a la bandera, lo vi crecer, no me sintió, pero yo estuve para él, solo una vez me acerque para darle un consejo, y fue cuando se le confesó a una chica, esa fue la primera vez que cruce palabras y le fui de ayuda Ivana, no sabes lo emocionado que estaba, no se si uso mi consejo o no, pero sin si quiera saberlo me hizo muy feliz.

—Yo no sabía nada de eso.

—Él me importa más que mi vida, yo mil veces te pedí perdón, pero aún así no puedo dejar de castigarme.

Él se pone de pie mientras disimuladamente se seca sus lágrimas que dibujaban una línea en su mejilla, le da un beso tibio de cortesía para despedirse, y se aleja de ella.

—Nestor, tendrias que pensarlo, él te va aceptar, lo sé.

Él con una sonrisa desde lejos le agradece por sus palabras y se va del lugar.

Al día siguente.

Joan a la salida del colegio le pide a Nicolás que hablaran, él acepta con mucha facilidad y se van del colegio, miéntras caminan un silencio incomodo se hace presente ante ellos dándole oportunidad a la imaginación.

—¿Nicolas, te estás viendo con Camila?.

—Si, ella es super divertida, me hace reír mucho, ya salimos un pardes veces.

—Sabes que ella te est...-

—Si, no hace falta que me lo repitas, ella estaba llorando cuando me la encontré, era una imagen contagiosa, no te miento, vi mi oportunidad, ella estaba vulnerable y aproveché para acercarme a ella, soy un tonto.

Nicolas frena sus pasos y lo ve directo a los ojos.

—Sé que ella gusta de ti, pero puedo hacer que se olvidé de esos sentimientos al conocerme más a mi, sé que no es fácil, pero ahora que la conozco más no puedo alejarme de ella.

—Cabe la posibilidad de que ella te este usando.

—Ya se, estoy consciente de eso, lo tengo más que claro, pero no soy débil, cuando llegue el momento me voy a parar en frente de ella y voy a escuchar la verdad, sea cual sea su decisión.

Nicolás golpea el hombro de Joan para que su malestar y el peso se caiga de una vez.

—Me tengo que ir, hoy me veo con ella, gracias por preocuparte por mí.

Nicolas se aleja con pasos simples y a Joan no le queda nada más que hacer que ver como se va sabiendo al dolor que se está exponiendo.

Vuelve en sus pasos al colegio y se encuentra con Estefanía.

—¿Pudiste solucionar lo de Nicolás?.

—Si, no me escucha para nada, me preocupa que salga lastimado.

—¿Quieres que vayamos a tomar algo? Necesito despejarme.

—No puedo, tengo que ir a casa, tenemos visitas.

—No importa, me voy solo entonces.

Él se despide y ambos toman caminos por separados, Joan regresa al colegio para hablar con Nicol.

—Es un tarado mi hermano, está cegado por esa chica.

—Yo lo quise parar, pero no me escucho para nada.

—Él siempre quiso enamorarse y que le correspondan, trataba de conseguir novia y fallaba, y todo volvia a lo mismo, ahora es diferente, no se por que está tan cegado con esta chica, sabiendo que está jugando con él y no ve que hay una que enserio le gusta.

—No podemos hacer nada, solo esperar a que se de cuenta.

—¡Que idiota que es!.

Joan seguía hablando con Nicol cuando la conversación se interrumpe al escuchar que recibió un mensaje, dominado por la curiosidad lo saca y se lleva una sorpresa al ver de quién era, le pedía que se juntaran hoy, él le contesta y se pone de pie para irse hacia la dirección del mensaje.

—¿A dónde te vas? Dijiste que me ibas a esperar cuando salga de gimnasia.

Joan pedía disculpas a gritos mientras se alejaba a gran velocidad del lugar.

Alex M. Martínez.