el sonido misterioso

_Capítulo 3: El sonido misterioso

Maya siguió caminando hacia el sonido, su corazón latiendo con emoción. El ruido se hizo más fuerte, y Maya pudo distinguir que era un sonido de pasos. Alguien o algo estaba caminando hacia ella.

Maya se detuvo en seco, mirando a su alrededor. No podía ver a nadie, pero el sonido de pasos se acercaba. Se sintió un sentimiento de miedo, pero también de curiosidad. ¿Quién o qué podría estar haciendo ese ruido?

De repente, una figura emergió de la esquina de una calle. Era una persona, una mujer con el cabello largo y oscuro, pero su rostro estaba descompuesto y su piel estaba cubierta de ampollas y llagas. La mujer miró a Maya, y Maya se sintió un sentimiento de horror.

La mujer se acercó a Maya, y Maya pudo ver que estaba enferma. Su cuerpo estaba cubierto de sudor, y su respiración era agitada. La mujer miró a Maya con una expresión de desesperación, y Maya se sintió un sentimiento de miedo.

"¿Quién eres?" preguntó Maya, intentando mantener la distancia.

La mujer no respondió. En su lugar, se acercó a Maya y la miró con una expresión de súplica. Maya se sintió un sentimiento de asco y miedo, y se alejó de la mujer.

"¿Qué te pasa?" preguntó Maya, intentando mantener la calma.

La mujer se dobló sobre sí misma, y Maya pudo ver que estaba sangrando por la nariz y la boca. La mujer miró a Maya con una expresión de agonía, y Maya se sintió un sentimiento de terror.

"¿Qué te ha pasado?" preguntó Maya, intentando ayudar a la mujer.

La mujer no respondió. En su lugar, se desplomó en el suelo, y Maya se sintió un sentimiento de pánico. No sabía qué hacer. No sabía qué estaba pasando.

La mujer se miró a sí misma, y Maya pudo ver que estaba descompuesta. Su cuerpo estaba cubierto de llagas y ampollas, y su piel estaba cubierta de sangre. La mujer miró a Maya con una expresión de desesperación, y Maya se sintió un sentimiento de horror.

"¿Qué te ha pasado?" preguntó Maya, intentando mantener la calma.

La mujer no respondió. En su lugar, se quedó mirando a Maya con una expresión de agonía, y Maya se sintió un sentimiento de terror. No sabía qué estaba pasando, pero sabía que tenía que salir de allí.

Maya se dio la vuelta y corrió, dejando a la mujer enferma en el suelo. No sabía qué estaba pasando, pero sabía que no quería estar cerca de ella. La mujer enferma era un misterio, y Maya no quería saber nada más sobre ella.

Pero mientras corría, Maya no podía sacar de su mente la imagen de la mujer enferma. La mujer había estado descompuesta, y Maya se había sentido un sentimiento de horror. No sabía qué estaba pasando, pero sabía que tenía que encontrar respuestas. Y pronto.