El Nuevo Orden Mundial

Año 2147. La Tierra ya no es el mundo que solía ser. En los últimos 125 años, la humanidad ha atravesado una era de caos y transformación. Las guerras por los recursos, pandemias mortales y el colapso económico global redujeron la civilización a cenizas, dejando en su lugar un sistema reconstruido bajo un único régimen: la Federación Unida de Estados Soberanos (FUES). Esta supuesta unificación prometía estabilidad, pero solo cimentó la desigualdad, dividiendo a la sociedad en tres castas inquebrantables.

La Estructura Social

Los Privilegiados

Encerrados en sus imponentes Ciudades Cúpula, los Privilegiados viven rodeados de tecnología de punta, seguridad absoluta y una opulencia que el resto del mundo solo puede imaginar. Estas metrópolis flotan sobre la devastación del pasado, protegidas por campos de energía que las aíslan de la contaminación, la violencia y la desesperanza que acecha en el exterior.

Educación de élite, avances médicos inalcanzables para los demás y entretenimiento sofisticado son solo algunas de las ventajas de su estatus. En su mundo, las necesidades son cubiertas con una eficiencia casi inhumana, y el Sistema, el colosal mundo de realidad virtual en el que viven todos ahora, es para ellos como un simple pasatiempo, un escape de su vida perfecta.

Son la élite gobernante: políticos, ejecutivos corporativos, científicos y sobre todo, los Héroes, manejan los hilos del destino global dentro del Sistema. Desde sus torres de cristal, observan con indiferencia el sufrimiento de los de abajo, convencidos de que el orden establecido es el único posible.

Los Ciudadanos

Afuera de las Ciudades Cúpula, en las Ciudades Abiertas, viven los Ciudadanos. Son la clase media funcional del mundo, los engranajes de la economía global. Sus vidas están definidas por el trabajo y la conformidad. Empleos de servicio, fábricas automatizadas y producción en masa conforman su día a día.

Su acceso a la tecnología es limitado, sus viviendas son modestas y sus derechos, condicionales. La educación es básica y la salud, una cuestión de disponibilidad. Aunque sus vidas son estables, la movilidad social es casi inexistente. Ascender significa someterse al Sistema, aprender a ganar dentro del mismo en su despiadado escenario digital, donde solo unos pocos alcanzan la gloria y sobreviven para contarlo. Por lo tanto, a pesar de estar dentro del Sistema, la mayoría elige una vida monótona, en cierta forma, tranquila, aceptando sus trabajos comunes y corrientes dentro del sistema. 

Algunos creen en la promesa de ascenso, pero la realidad es que la mayoría fracasa. El Sistema está diseñado para mantener el statu quo.

Los Marginados

Más allá de las luces de las ciudades, en los oscuros y deteriorados Suburbios, sobreviven los Marginados. Son los olvidados, los desechados por el sistema a pesar de estar dentro de él. Viven en estructuras en ruinas, respirando aire contaminado y dependiendo de suministros escasos. El agua limpia es un lujo, la electricidad un privilegio efímero.

La ley no existe en estos lugares. Pandillas, cárteles y milicias gobiernan con puño de hierro, estableciendo su propio orden entre la desesperación y el crimen. Aquí, la vida tiene poco valor.

Para los Marginados, incursionar en el Sistema es la única oportunidad de escapar de la miseria, de ganar un pase a una vida mejor a pesar de que las probabilidades están en su contra. A pesar de eso, muchos lo hacen, pero eso implica en su mayoría la muerte, o magras recompensas realizando misiones básicas que solo te permiten vivir el día a día, con el riesgo de ser cazados y eliminados por pandillas o por los mismos guardias o héroes que no permiten que te aproveches del sistema para ascender. Dentro del Sistema, la muerte es real. Fuera del sistema, nada se sabe. Todas las nuevas generaciones han nacido ya dentro del mismo, y tampoco se puede salir. Solo se rumorea que, si alguien lo lograra, solo encontraría la Nada misma y con ello una muerta segura.

Un Mundo Sin Elección

La Federación mantiene su control con una mano de hierro. Vigilancia masiva, propaganda omnipresente y una represión despiadada aseguran que nadie cuestione el orden impuesto. Cada ciudadano es una pieza en su tablero, y la única manera de sobrevivir es jugar con sus reglas.

En este mundo brutal y dividido, donde la libertad es una ilusión y el destino parece estar escrito en código binario, una historia está por comenzar. Una historia de rebelión, sacrificio y oscuridad.

Bienvenido al año 2147.