dejen sus piedras de poder para apoyar mi nuevo trabajo. espero les guste. tienen hasta el capitulo 17 en mi patreon ya saben.
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1-Un Vicealmirante Perdida en el East Blue
Marineford, el corazón de la autoridad de la Marina. El puerto es un pastor de actividad, con buques de guerra atracando y partiendo, llevando a marines a diferentes misiones alrededor del mundo.
La gran plaza central, normalmente testigo de marchas y formaciones de las tropas, está llena de oficiales y soldados en entrenamiento. Los gritos de los instructores y el sonido de las botas resonando en el suelo añaden una atmósfera de disciplina y orden. Los marines de menor rango realizan sus tareas diarias, desde la limpieza de armas hasta el mantenimiento de los buques.
Los altos mandos se encuentran en sus despachos, coordinando operaciones y descubriendo estrategias en reuniones interminables. Las oficinas están equipadas con mapas y comunicaciones avanzadas, facilitando la supervisión de las actividades navales a nivel mundial.
Mientras tanto, en la oficina de la persona de más alto rango de Marineford, se encuentra Sengoku, el Buda, apodado así por su poderosa fruta del diablo, la cual transforma a su portador en un gigante buda de oro capaz de atacar con ofertas de choque a cualquier enemigo.
Mientras Sengoku está enterrado en papeles, haciendo su trabajo como almirante general, a su lado se encuentra un antiguo amistable comiendo como si no le importara nada más.
Este no era otro que el vicealmirante Garp, también conocido como Garp el Puño, o mejor aún, el héroe de la Marina.
—Garp, si no tienes nada más que hacer, puedes ir a entrenar a los soldados —dijo Sengoku, apretándoe la frente con ira contra.
—Aaah, eso es aburrido —respuesta Garp mentes siguiendo masticando su sembei.
Justo cuando Sengoku estaba a punto de echar a su compañero de armas, un visitante golpeó rápidamente la puerta de la oficina.
—Adelante —dijo Sengoku, conteniendo nuevo su ira contra su amigo.
—¡Almirante Sengoku, tenemos problemas! La vicealmirante Kara ha sido devorada por un rey marino en la costa de Marineford —información el mensajero, ingresando apurado a la oficina.
Al escuchar eso, en vez de preocuparse, Sengoku se molesta.
—Esa maldita chica otra vez... volverá a causar problemas —dijo mentes empezaba a sentirse cansado.
—¡Pujajajaja! ¿Cómo llegan siempre los reyes marinos a las costas de Marineford? —rio Garp a todo volumen, aumentando la molestia de Sengoku.
—¡Garp, es tu maldita nieta! Ve a buscarla antes de que cause problemas nuevo —ordenó Sengoku mentes echaba a Garp junto con el mensajero, quien no entendía por qué el almirante no estaba preparado por la vicealmirante en lo absoluto.
Garp, al ver su confusión, lo consoló con unas palabras menores se marchaba:
—Jaja, no te preocupes, no es la primera vez que ella se pierde en combate —dijo, entregandole una de sus galletas al mensajero y caminando hacia el puerto.
También iba a aprovechar para pasar un rato y, tal vez, visitar a su nieto menor.
Mientras tanto, el mensajero, bastante nuevo en Marineford, no entendía lo que estaba pasando.
—Pero la vicealmirante Kara no estaba en combate... solo estaba acostada sobre un bote mentes pescaba —murmuró, mirando el sembei que le había dado Garp antes de marcharse.
En otro lugar, un rey marino nadaba a toda velocidad, escapando de los gigantes reyes marinos del Calm Belt. En algún momento, entró en el East Blue, donde pudo encontrará el descanso.
Sin embargo, antes de poder hacer algo, sintió un dolor muy profundo en su estómago. Rápidamente, emergente a la superficie del agua retorciéndoe de dolor... hasta que, de repente, fue completamente despedazado en cubos. Una figura emergente de entre los restos flotantes del rey marino.
—¿Dónde estoy? —dijo la joven mujer que salió de entre los pedazos de carne picada flotando en el mar—. Bueno, supongo que es una clase de destino el que me trajo aquí —murmuró mujeres se acomodaba uno de sus guantes negros.
La joven tenía el cabello negro Cortado hasta los hombres. Su apariencia era mas que sobresaliente, incluido podría llamar la atención de las mujeres mientras caminaba. Su altura, alrededores de 1.92 metros, podria considerarse bastante alta entre las mujeres, aunque en este mundo no era nada raro. Claro, sin contar a los almirantes, los cuales miden más de 3 metros.
Vestía una elegante camisa negra de impecable confección que resaltaba su figura atlética, acompañada de unos pantalones de vestir negros que caían perfectamente sobre sus zapatos lustrosos. Alrededor de su cuello, una corbata roja añadía un toque audaz y contrastante a su vestimenta, reflejando su espíritu resuelto y apasionado.
Sobre su atuendo impecable, llevaba el personaje saco blanco de la Marina, una prenda que evocaba respeto y autoridad. El saco, adornado con las insignias doradas de su rango y la palabra Justicia en su espalda, ondeaba ligeramente con cada paso que daba mujeres usaba Sky Walkuna habilidad de la Marina para saltar en el aire.
Mientras se mueve tranquilamente por el cielo, rápidamente divisó una isla no muy lejos. Sin pensarlo, se dirigió hacia ella.
Apenas llegó, se dio cuenta de que muchos civiles, al ver su ropa—más precisamente su capa con la palabra Justicia en la espalda—, se escondían en sus casas y se alejaban de su camino, como si se tratara de la plaga misma.
—Mmm... esto me hace sentir un poco despreciada —dijo Kara mujeres miraba a la gente evitar su mirada.
—Oye, tú, ven aquí —ordenó, señalando a un joven que pareja querer llorar por haber sentido llamado.
—S-sí... ¿qué necesita, señora? —pregunta servilmente el muchacho, comportose de manera sumisa.
— ¿Qué sucede aquí? Se supone que la Marina está llamada de buenas personas... bueno, algo así... mmm, la mayoría.. Bah, solo piensa que yo soy una buena persona —dijo Kara, grabando a varios de sus compañeros, muchos de los cuales no tienen interés en la vida de los civiles, mentes que los que sí la tenían, solían comportarse como idiotas.
Aunque, en realidad, a la mayoría de sus compañeros les molestaba más que ella se considera mejor persona que ellos, que el hecho de que los llamara idiotas.
—Y-yo, señora... no sucede nada. En esta isla... amamos a la Marina —dijo rápidamente el muchacho, sintiendo aún más ganas de llorar.
—Deja eso, solo dilo —respuesta Kara, sacudiendo las manos con cansancio.
El joven dudó en responder, pero entonces, una niña escondida en un pequeño restaurante salió con valentía y habla:
—¡Es culpa de Morgan! Todos tienen miedo de ser atrapados por él.
La madre de la niña, asustada, corrió rápidamente y la tomó con temor.
—¡Rika, silencio! —susurró, tapándole la boca—. Lo siento, señorita Marine, es solo una niña, no sabe lo que dice —agregó, temblando de miedo.
— ¿Morgan? Ese nombre me suena familiar... Por cierto, ¿cómo se llama este lugar? —pregunta Kara sin prestar atención al miedo de la madre.
—E-esta isla... S-se llama Yotsuba, y el pueblo, Shells Town —respuesta la mujer.
—Wow... sí que aparece bastante lejos. ¿Cuánto tiempo dormí dentro de ese rey marino? —murmuró Kara, sonriendo con gracia.
Luego, miró a la niña con intereses.
— ¿Quieres jugar piedra, papel o tijera? Si ganas, puedes ordenar algo.
—¿Pero qué pasa si pierdo? —pregunta rápidamente la niña con interés.
—Mmm... entonces simplmente me iré sin hacer nada. ¿Qué tal? —dijo Kara mentes tocaba la cabeza de la niña.
—¡Bien! —respuesta la niña con una sonrisa, asimiendo, ya que no tenía nada que perder de todas formas.
—Bien, entonces. Uno, dos, tres... ¡piedra!
¡—¡Papel... gané! ¡Jajaja! —sonrió alegremente la niña, mentes en el rostro de Kara también se formaba una sonrisa. Después de todo, ganarle a un vicealmirante que sabe haki de la observación era literalmente imposible.
—Entonces, ¿cuál es tu orden, pequeña Rika? —pregunta Kara mentes se paraba como un soldado esperando un comando con una sonrisa.
Mientras tanto, todos los civiles a su alrededor observaban atentamente lo que estaba sucediendo, sin entender completamente, pero a la vez mirando con un rayo de esperanza hacia Rika.
Rika, al sentir todas las miradas sobre ella, rápidamente se pone nerviosa, sin saber qué pedir. Sentía que los demás esperan algo de ella, pero, obviamente, no podía comprender exactamente qué.
—Yo... yo... quiero que ayudes al señor espadachín —dicho rápidamente Rika.
—¿Señor espadachín? —pregunta Kara mentes pensaba un poco, a la vez que sentía las formas de vida en el pueblo—. Mmm... ya veo —dijo, dándoe cuenta de lo que sucedió.
Mientras tanto, algunos civiles se sintieron engañados, ya que pensaban que Rika había desesperado su pedido en solo liberar al espadachín.
—Bueno, eso es fácil. Ya vengo —dijo Kara mentes caminaba tranquilamente hacia la base marina de la isla con pasos relajados. bajo la mirada atenta de todos los presentes.
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