—¿Por qué? —Un frío centelleó en los ojos de Waylon Lewis.
—Esperanza Williams frunció los labios, consciente de que Waylon estaba enojado. Con forasteros presentes hasta hace un momento, él había terminado de regañarlos, y ahora era su turno. Dada la manera de pensar de Waylon, desde que lo había visto, seguramente lo había considerado bien. Preguntarle era sólo su manera de querer que ella admitiera su error.
La mirada de Waylon se fijó en ella, y al verla así, su corazón se sintió dolido y enojado.
—Waylon, ¿puedes no estar enojado, por favor? —La voz de Esperanza era suave.
Waylon no habló, y sus manos no dejaron de moverse.