Al ver a Waylon Lewis culparse a sí mismo, los ojos de Hope Williams se llenaron de dolor; ella abrazó a Waylon, su voz era suave y su tono lleno de consuelo.
—Está bien, no es tu culpa, ya todo quedó en el pasado, y aquellos que cometieron errores pagarán el precio.
Waylon abrazó fuertemente a la mujer, y después de un largo rato, la ferocidad en sus ojos gradualmente se suavizó.
Al día siguiente.
Hope Williams salió temprano de casa con Waylon, dejando a dos pequeños en casa con caras tristes.
—¿A dónde van?
Luke y Willow, que habían sido dejados en casa incontables veces antes, fruncieron el ceño y extendieron sus brazos para bloquear su camino.
—Dejándonos en casa otra vez, eh, ya no estamos de acuerdo con ustedes.
Esperanza se sorprendió, al ver las caras tristes y agraviadas de los dos pequeñitos, se sintió un poco culpable.
—Mamá y Papá necesitan ir al hospital a cuidar de algunas cosas, volveremos pronto —sosegó Esperanza con voz suave.