Capítulo 416: Profundidades Ocultas

Jaxon Bailey entrecerró los ojos, repitiendo la misma declaración: «Nadie me dirigió; simplemente no podía soportarte y quería matarte yo mismo».

—Oh. —Esperanza Williams asintió, dejando escapar una risita burlona de sus labios carmesí, luego se dio vuelta y sacó una pistola del cinturón del guardaespaldas, disparando contra la pierna de Jaxon Bailey.

—¡Ah! —Jaxon Bailey gritó de inmediato como un cerdo en el matadero, su rostro empapado de sudor.

Esperanza Williams mantuvo la pistola apuntando a su cabeza, su voz tan indiferente como antes:

—Habla.

Respirando con dificultad, Jaxon Bailey jadeó:

—Hablaré, hablaré, solo no te alteres, hablaré.