Capítulo 9: Confrontación

30 de Noviembre (3er año)

 En los últimos días, Riochiro ha entrenado y combatido hasta el cansancio, tanto, que hasta yo me estoy cansando físicamente de nuestras constantes batidas a duelo.

 Ya se ha hecho una costumbre ver los moretones y las pequeñas heridas que se dejan en su pálida piel al terminar los entrenamientos. Lesiones que aunque, parte del entrenamiento, me hacen sentir culpable solo de verlas.

 El entrenamiento de hoy tampoco se baja en intensidad, mis golpes se cruzan con sus bloqueos una y otra vez, mientras que ajusto la electricidad que hay dentro de mi cuerpo dependiendo del ataque que voy a usar.

 Riochiro ha peleado demasiadas veces conmigo los últimos días, tanto así, que el combate de practicas que se hacia dos veces por semana, ahora se ha convertido en algo diario.

 El combate de practicas de hoy tampoco parece que vaya a bajar su intensidad. Empezamos el día con un desayuno y una charla casual y luego nos preparamos para comenzar la parte mas dura de la mañana. El primer combate.

 Riochiro se quita su camisa, haciendo mas evidente sus lesiones, mientras se enrolla una venda entre las manos para asi poder agarrar mejor la espada.

 Esto yo se lo recomendé al ver el estado en que sus manos estaban los otros días. Mientras desayunaba, me fije que sus dedos temblaban al agarrar el tenedor, cuando le pedí que me extendiera la mano, pude ver la razón de ello.

 La palma de sus manos estaba llena de raspones y parte de su piel estaba levantada, mientras que en las bases de sus dedos se erguían callos tan profundos como duros, sus propios dedos estaban tiesos y ásperos al tacto como si tocaras las erosionadas piedras del mar. Claramente esto no era normal.

El Doctor Yamagushi lo inspecciono, decía que esto no tenia nada de malo, que en algún punto de su entrenamiento le iban a salir estas lesiones, lo que al ser superficiales, se recuperaban rápido.

 Pero al paso de los días estaba claro que no cerraban, no porque le pasara algo malo a Riochiro, sino que el mismo Riochiro no dejaba cerrar las heridas de sus manos.

 Día y noche, entrenaba y entrenaba, no descansaba hasta que por fin era la hora de dormir, era un gran sacrificio que estaba haciendo por alcanzar sus objetivos. Tanto así que las heridas de su cuerpo y sus manos eran solo nimiedades de las que preocuparse.

 Todo era por hacerse tan fuerte como para poder proteger a su hermana Kyouka.

 Por eso, Riochiro nunca retrocedió ni siquiera un día de los 3 años que llevamos entrenando, ni tampoco cuando lo diagnosticaron anómalo, y hoy tampoco iba a ser la excepción.

 Cuando Riochiro se puso en guardia, pude ver la convicción en su mirada, pude ver que había practicado tantas veces su postura para poder hacerla perfectamente, pude ver que sus músculos no eran cosas de sus ejercicios físicos solamente, sino también de su incansable esfuerzo.

 Hoy estaba mas decidido que nunca a entrenar, todo este conjunto lo demostraba sin que él mismo tuviese que hablar. Riochiro ya era un guerrero hecho y derecho, uno que todavía le faltaba madurar, pero un guerrero al fin y al cabo.

 Cuando yo también me puse en guardia y active mi Skill, me prepare para lanzarle otra embestida a hipervelocidad y eso hice.

 A la velocidad en la que voy es difícil fijarse en las cosas que tienes alrededor por lo rápido que pasan por al lado tuyo, pero pude ver perfectamente que cuando me abalance encima de el, Riochiro no había esquivado mi ataque, ni siquiera había hecho el ademan de esquivarlo, solo se quedo parado al frente de mi.

 Esto no me detuvo, ya mi espada estaba en camino hacia uno de sus laterales cuando me pude posicionar frente a él, lista para impactar, mi espada se abalanzó rápidamente casi como una ráfaga de viento hipersonico.

 Pero había algo de lo que yo no me había fijado hasta que empezó a punzar en mis costillas. La espada de Riochiro ya me había alcanzado a mi.

 Con un fuerte empujón y un constante dolor en mi lateral derecho, yo yacía en el piso mientras bramaba del dolor, mientras Riochiro se paró enfrente de mi, todavía en guardia.

 No dijo nada, aunque quisiera decirlo, simplemente se quedo en silencio mirándome con un poco de preocupación en el fondo de sus ojos, aunque claro, él luchaba contra su expresión para no mostrarla.

 Sonreí tirada en el piso y rápidamente me levante, mostrándole que todo estaba bien, me puse en posición de guardia nuevamente. Lastima que en esos momentos no eran para demostrar nada, pero en mi interior, la dicha me llenaba.

 Riochiro por fin había podido asestar un golpe. Y no solo eso, el golpe de Riochiro fue uno anticipado.

 Antes de que yo me hubiese empezado a mover. Riochiro, una fracción de segundo antes, ya estaba balanceando su espada hacia mi, como si supiese lo que yo iba a estar.

 Esto solo se logra conociendo tan bien a tu enemigo como a ti. Dentro del mundo de la esgrima, esto es una hazaña de un nivel simplemente superior a la de la media.

 Que alguien tan joven como el, sobre todo siendo anómalo, halla podido darle a un usuario Skiller que se desplazaba a una velocidad supersonica hace el doble de grande esta hazaña.

 Abuelo, probablemente yo sea la mejor maestra de esgrima que hay en la historia.

 Notas del abuelo: Humildad Rikka, humildad...

 Una vez que la tensión se hizo evidente en este pequeño combate de practicas, nuevamente, la batalla había comenzado. Era la hora de ponerme realmente seria al respecto.

 Con suma rapidez imbuí mi cuerpo en electricidad, haciendo que mis nervios reaccionaran el doble de rápido de lo que harían normalmente.

 Seguí los consecutivos y ágiles golpes con un juego de pies para rodear a Riochiro, él esquivaba mis ataques de manera casi instantánea, aunque había golpes los cuales no pudo esquivar, solamente los recibía con el cuerpo y contraatacaba, asestando 2 golpes en mi.

 Pero ya era demasiado tarde para él, un golpe mas y mi victoria iba a ser inminente.

 —¿Y bien?—Pregunte en un tonó un tanto exaltado— Cuatro a Dos, esta claro que es mi victoria querido alumno. ¿Por que mejor no te rindes y terminamos con esto ya?

 Riochiro lanzó una mirada fría y me miró de arriba a abajo mientras me analizaba y a la misma vez buscaba signos de que continuara con mis ataques.

 —No lo creo.—Dijo mientras tenia una sonrisa confiada en su cara, dandose cuenta de lo agitada que estaba yo.—

 —Entonces muere.

 Rápidamente me desplace hacia su posición con la electricidad distribuida por todo el cuerpo. No obstante, esta vez Riochiro no espero a que yo atacase, abalanzo su espada hacia mi desde arriba.

 Rápidamente la bloquee, dejando mi abdomen al descubierto. Sabia perfectamente que Riochiro iba a lanzar una patada hacia esa apertura, por lo que reacciones rápido y retrocedí.

 Como si de un reflejo de mi misma se tratase, Riochiro se abalanzó encima de mi con una gran zancada hacia delante. Posicionándose delante de mi.

 La acción que debía hacer estaba clara, un simple golpe hacia debajo y no le iba a dar tiempo a reaccionar a Riochiro, sin siquiera darle tiempo a que se pueda reposicionar para bloquear o para esquivar.

 Y eso hice.

 Pero el objetivo de Riochiro no era posicionarse delante de mi para poder abalanzar su espada hacia mi, por el contrario, embistió mi torso y entonces me empujo con todas sus fuerzas, casi mandándome a volar hacia atrás, pero si haciendo que me arrastrara hacia mi retaguardia.

 Entonces la vi, una oportunidad para terminar de asestarle el ultimo golpe. A la distancia a la que estabamos, podía hacer una Hipercarga y terminar con esto de una manera rápida.

 Pero estaba claro de que Riochiro había calculado este movimiento, puesto que estaba en la misma posición que utilizó para arrebatarme la espada de las manos hace varias semanas atrás.

 Manos y espada hacia arriba, cuerpo rígido y el abdomen al descubierto. Había 3 opciones las cuales debía tener en cuenta al verlo en esa posición:

 La primera era la mas superficial, una provocación. Pero para nada era eso, a Riochiro le quedaba un golpe para perder el combate y claramente se iba a aferrar a ese ultimo golpe con todo lo que tenia. Claramente no estaba en posición de provocar.

 La segunda era un despiste, solo quería hacerme dudar y analizar un momento su repentina pose para hacerme dudar y frenar mis ataques. Dándole tiempo a que se pudiera recomponer aunque fuera un poco.

 La tercera era una anticipación. Riochiro se había detenido en medio de un ataque de anticipación, sabiendo que iba a usar la Hipercarga, pero al verme retroceder simplemente se quedo en posición.

 Cualquiera que fuese de las 3 no podía correr riesgo, una vez en el alcance de los ataques de Riochiro había una posibilidad de que pudiera recibir 3 ataques seguidos en un solo movimiento.

 Tampoco podía alejarme mucho y darle mucho espacio a que se recuperase, una vez recuperado estaba claro de que Riochiro recuperaría parte de su destreza y equilibrio.

 Era una o la otra. Si usaba Hipercarga, me exponía a una posible anticipación, por lo cual iba a terminar en el piso nuevamente y esta vez Riochiro no iba a tener la amabilidad de esperar a que yo me levantase.

 Si dejaba que Riochiro se recuperase, iba a estar en desventaja en un combate cercano, donde mi velocidad solo servia para incrementar la velocidad de mis golpes.

 El punto perfecto era el combate a media distancia, por ese fue el que opte en ese preciso momento.

 Acercándome con una velocidad considerable a Riochiro, este se preparaba para hacer una anticipación, pero no contaba con que en realidad, solo estuviese incrementando la velocidad brevemente.

 Deteniendome a medio camino al llegar a su golpe, Riochiro reacciono en vano, malgastando un ataque. Justo en ese momento cuando su espada tocó el piso, retire la electricidad de mis piernas y la concentre toda en mi torso, poniéndome en posición de embestida, como si de un jabalí se tratase, impulse mi cuerpo hacia delante a toda velocidad.

Distribuí rápidamente la electricidad en partes iguales hacia todo mi cuerpo, giré agilmente mi cuerpo y puse mis pies en el suelo, estos actuaron como freno, haciendo que me detuviera justo en el punto donde yo quería, la espalda de Riochiro.

 Con un ataque tan veloz como un rayo, imbuí mi cintura y mis hombros en electricidad concentrada para asi potenciarlo aún mas.

 Para mi sorpresa, los reflejos y el instinto de Riochiro actuaron mas rápido de lo que mi golpe pudo llegar a su espalda, ya que su espada se posiciono entre mi espada y su retaguardia, desviando mi golpe.

 Aunque eso no aseguraba que mi golpe no fuera a impactar, en menos de un segundo Riochiro giro hacia delante esquivando la el borde de mi espada de madera por solo unos milímetros.

 No dándole tiempo para siquiera levantar del piso, concentre la electricidad de todo mi cuerpo en la parte superior del torso y arremetí hacia su posición con otra embestida sonica.

 Esta vez no le iba a dar tiempo de reaccionar.

 Pero como si se lo esperase de mi, Riochiro se acostó en el piso y alzo su espada hacia arriba, era otra anticipación, pero en este momento era inútil. No podia frenar la embestida sonica que iba medio camino a su espada.

 Mas bien, no es como si no pudiera, simplemente no me daba tiempo a reaccionar.

 Como si hubiera chocado con una pared, mi hombre toco la espada de madera que yacía levantada en las manos de Riochiro y las propias leyes de la física hizo que mi velocidad fuera proporcional a la intensidad del impacto.

 Rápidamente parte de mi impuso se detuvo y el que restó hizo que cayera rodando al piso. A una velocidad tremenda, mis pensamientos rebotaron y mis neuronas empezaron a hacer sinapsis las unas con las otras.

Mis reflejos se activaron e hicieron que pusiera mis manos en el piso y con la velocidad de los revolcones, me impulse hacia arriba, haciendo que mi cuerpo girara y mis pies tocaran el piso otra vez.

 Termine postrada de rodillas, y me levanté rápidamente, para ver a Riochiro nuevamente de pie, en la misma pose de guardia que yo.

 Que el también haya estado en el piso ayudo a comprarme tiempo para poder recupérame de la caída. Si hubiese tardado unos instantes mas en ponerme de pie, seguramente hubiera tenido a Riochiro abalanzándose encima de mi.

 —Tres a cuatro, Maestra Rikka ¿Se le antoja un desempate?—Preguntó en un tono descarado y una sonrisa confiada en su cara.—

 Yo le devolví la sonrisa y simplemente solté una carcajada.

 —Que descaro viendo de un novato.

 Riochiro solamente se rió entre dientes y me miro.

 —Mi descaro se debe a que quizás tenga una maestra que me da la confianza para tenerlo.

 —"Ohhhhh"—Lo mire por un momento con los ojos abiertos, despues me recompuse.—"Tenlo por seguro de que si."

 Una vez que terminamos el dialogo, el silencio predomino entre nosotros, otra vez el choque de espadas se iba a hacer presente. Con un ruido sordo en el aire, la batalla se reanudo.

 Mi espada se abalanzaba hacia Riochiro, mientras que la de él se abalanzaba hacia mi, el tiempo parecía ir en cámara lenta, mientras que los palos de madera se acercaban el uno al otro para hacer un devastador sonido de choque y...