La batalla termino conmigo como la ganadora. No obstante, el día no había terminado ahí en ese justo momento, después del tiempo de la mañana, tuvimos 4 combates mas, hasta que termino el día.
Una vez que atardeció, Riochiro se encontraba boca abajo, casi acabado por el intenso entrenamiento de hoy, yo me encontraba en su habitación bebiendo agua y haciendome un cambio de ropa.
Una vez que me aproxime a él, sin siquiera girarme la mirada el dijo:
—¿Ya te vas?
Por alguna razón en ese justo momento me dio por sentarme encima de el para molestarlo, así que solamente deje caer mi trasero encima de su espada.
—AY! AY! AY! ¡¿Por que haces eso?!
El niño de pelo blanco gemía del dolor mientras yo solamente me restregaba sobre su espalda, buscando el punto mas cómodo para que mi trasero pudiera asentarse.
Nota del abuelo: Rikka, nada mas que yo vire para la mansión debemos tener otra charla, tu, yo y tu padre. Eso que hiciste aparte de ser impropio merece ser castigado.
Nota de Rikka: Eh?! ¡¿Pero por que?!
—Por nada—Dije en tono burlón— Solo me dieron ganas.
—¡¿Me ves cara de silla acaso?!
—Vamos calmate, lo estoy haciendo como muestra de cariño, tu solo imagina que estoy muy herida y tienes que calgarme.
—¡Pero si el que estoy reventado soy yo!
—¡Que rudo! ¡Yo también estoy llena de moretones! ¡Mira!
Riochiro empezó a moverse en el piso tal como pez fuera del agua y entonces, haciendo que me tambaleara bruscamente hacia los lados. Pero dio un vuelco repentinamente, haciéndome caer hacia mi lado izquierdo-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
[Esta nota se encontro debajo de el escritorio de Rikka, en un papel que parecía arrancado de algún lugar.]
Por el susto, cerré mis ojos con fuerza, esperando al sonido ciego de mi cuerpo cayendo contra el piso y al dolor de el impacto. Pero para mi sorpresa nada de eso paso.
Por el contrario, pareció como que mi caída había sido amortiguada por algo suave pero a la misma vez duro. Abrí mis ojos lentamente, para fijarme que estaba acostada encima del pecho de Riochiro.
Mientras el se quejaba del dolor de que alguien hubiese caído de imprevisto encima de su pecho, yo simplemente me quede paralizada por lo que era en ese entonces, mi situación actual.
Riochiro dirigió su mirada hacia abajo para encontrarse frente a frente con mi mirada, una vez que fue consciente de su situación, se quedo callado y sorprendido a la misma vez.
El silencio se abordó entre nosotros por unos instantes hasta que Riochiro decidió romperlo con un ligero tono exaltado en su voz y una mirada de preocupación.
—¿Estas bien Maestra Rikka? ¡Tu cara esta roja! ¿Tienes fiebre acaso?—Dijo mientras me ponía la mano en mi frente y la otra tocandome el cuello para poder medirme la temperatura.—
Yo me quedé boquiabierta al sentir su tacto, mientras que mis mejillas se ponían mas rojas por la situación, seguramente empeorando en el proceso la preocupación de Riochiro.
Aunque de un momento a otro, el retiro las manos de encima de mi y con una expresión serena empezó nuevamente a hablar.
—No pareces tener fiebre, eso es un alivio. Aunque...
Su mirada se volvió pesada y triste, puso su mano extendida al lado de mi cara y con el dedo pulgar empezó a acariciar suavemente un moretón que tenia en la mejilla.
El corazón se me puso a mil, haciendo que me paralizara completamente y mi cara se ponía cada vez mas roja. Riochiro siguió hablando sin que le importara mi reacción.
—De verdad que si tenían moretones, no me había fijado en ello hasta este preciso momento...—Se quedo callado por un momento para después añadir— Perdón.
Por mi parte, estar encima de su pecho mientras él me acariciaba la mejilla se sentía como estar entre el abrazo de un padre y una madre. Una calidez me abarcaba debajo de su suave y relajada mirada.
Mi corazón pronto dejó de latir rápido y mi cuerpo se rindió ante el calor que producía el de Riochiro, simplemente me relaje y suavice mis tensos músculos.
—No te preocupes por eso—añadí— Aunque al principio no estaba de acuerdo con esto porque lo consideraba una locura, fue después de ver todos tus esfuerzos que vi que lo que estamos haciendo era totalmente necesario. De hecho, yo soy la que me debo de disculpar, me negaba por que no creía que lo ibas a lograr... Te subestime. Por eso te debo una disculpa.
Riochiro me miro extrañado.
—Bueno—Dijo.— En realidad si pensé que era una locura esto que estabamos haciendo, pero sabes, no me quedaba de otra.
Se quedo callado un momento, mientras colocaba sus brazos detras de su cabeza, haciéndolos su almohada.
—Como tu misma me dijiste maestra: En este mundo o te haces fuerte o te devoran como si fueses un trozo de carne. Lastimosamente he experimentado lo segundo antes de poder ser lo primero.
—Entonces ¿Que harás ahora que sabes que no puedes ser tan fuerte como deseabas?
—Simplemente avanzar hacia delante a mi manera.—Hizo una pausa meditativa para después seguir— Si no puedo ser como tu o como el viejo Ryuugamine, solo tengo una opción y ya la tome. Me haré tan fuerte como ustedes, pero si no puedo ser igual, entonces lo haré a mi manera.
Me quedé un rato en silencio, pensando lo que iba a decir, pero de repente Riochiro empezó a hablar.
—Quizás deberíamos para con esto...
Exaltada por su breve afirmación, salte de su pecho por su afirmación sorpresa. Lo que decía simplemente no tiene sentido. Primero parecía que no iba a rendirse, pero de repente, después de decirme todas esas palabra de determinación, simplemente se rinde. Faltaba una aclaración para esa frase.
Por eso una vez recompuesta de la sorpresa le pregunte:
—¿Como?
—Ya sabes, tu y yo.
—Todavía sigo el doble de confundida...
—He notado que últimamente me vez con otros ojos Maestra Rikka...
Al escuchar eso me dio un paro en el corazón nuevamente, como si el mundo a mi alrededor se detuviera ante mi, una gran ola de preguntas azoto mi mente, pero entre todas esas dudas una era la que resonaba con mayor tono.
"¡¿Se habrá dado cuenta de que yo estoy-?!"
—Ojos de lastima.
Mi mente se despejó del tirón.
—Cuando viste esta mañana, me miraste de arriba a abajo para luego apartar la mirada y después poner una expresión de tristeza. Es igual de cuando me viste las manos, reaccionaste ante ellas de igual manera...
De repente, por alguna razón una grave sensación de alivio me recorrió el cuerpo y mi postura se relajo nuevamente, mis hombros se bajaron con el suspiro de alivio que solté fuera de mis labios casi de manera inconsciente.
—Si te esta afectando ver las heridas que ocasionaste en mi quizás deberíamos deja-.
Riochiro dejó de hablar instantáneamente cuando puse mi dedo indice en sus labios. Con un suave toque y una mirada serena le dije:
—No te preocupes por eso, de igual manera te lo prometí. ¿verdad?
Riochiro me lanzó una mirada de comprensión, mientras que sus labios se curvaban suavemente hacia arriba, haciendo que su casual sonrisa encantadora saliera a flote nuevamente.
Rápidamente, aparte tanto mi dedo como mi mirada de su cara hacia otro lado para evitar ver tal escena, la montaña de emociones de este día seguramente había afectado en un porcentaje muy alto a mi mirada de poker.
Por lo que si no quería mostrar nuevamente mi sonrojado rostro delante de Riochiro, mejor me quedaba mirando a otro lado.
Entonces, mientras trataba de distraer mi mente en otras cosas, le dirigí la palabra a Riochiro.
—Ese fue nuestro juramento ¿verdad?
Riochiro se quedo en silencio por un momento para después soltar unas sonoras carcajadas en el aire.
Consternada regrese mi mirada hacia el irritante muchacho que estaba riéndose en esos precisos momentos con un fuego arrasador en mi mirada.
Pero no parecía notarme, solamente estaba inclinado hacia atrás mientras seguía riéndose de manera casi irritante y en mi opinión, castigable.
Aunque eso era desde mi punto de vista, cualquiera que nos viera desde afuera se daría cuenta de el sonido tan cálido que producía la suave voz de Riochiro.
Una vez se termino de reír con lagrimas casi callándole de los ojos, extendió su meñique hacia mi y con una amplia sonrisa de satisfacción dijo:
—Si, ese era nuestro acuerdo.
Me quede un momento mirándole para el meñique y luego dirigía mi mirada hacia su rostros, él enterándose de mi falta de reacción sacudió su mano de manera leve.
—Promesa de meñique, Rikka. Es lo que hacia con mi hermana cuando hacíamos una promesa.
Confundida, simplemente lo mire con desgana mientras me hacia una pregunta hacia mi misma:
"¿En serio así se tendría que cerrar una promesa tan seria como esta?"
De seguro que para Riochiro así lo era. Así que simplemente extendí mi mano con el meñique alzado y lo entrelace con el de Riochiro, mientras cerrábamos un trato que ya habíamos hecho hace 2 años.
La promesa de convertirlo en un super humano.
Luego de eso, la puesta de sol que ofrecía el atardecer empezó a bajar y el cielo, naturalmente se empezó a oscurecer, la noche estaba llegando, por lo que tenia que llegar a la mansión lo mas rápido posible.
Yo ya me estaba sacudiendo el polvo, mientras Riochiro estaba recogiendo su camiseta para entrar a su cuarto y finalmente darse una ducha, hoy no iba a entrenar mas, por lo que se fue a bañar temprano.
Pero antes de que yo pudiera retirarme hacia los largos pasillos del laberinto me llamo desde la entrada a su cuarto, haciendo que me girara hacia él.
—Maestra Rikka ¿Hay alguien entre los trabajadores de la mansión que pueda copiar poderes?
Ni siquiera le pregunte para que era, solamente le asentí. Dejando a Riochiro atrás.
Mañana iba a traer conmigo a un Lecter para que Riochiro pudiera entrenar con él.
Por suerte para Riochiro, conozco alguien muy cercano y también muy accesible para su petición.