Capitulo 19: Hipocresía

En un espacio en total oscuridad, fecha desconocida; antes del día en el que sonó la trompeta.

El escenario del juicio se volvió a construir, pero esta vez, había menos figuras.

La figura envuelta en completa oscuridad habló.

"Muy bien, hoy se da el veredicto final acerca de la madre de lo efímero. Ya se han determinado la autenticidad de las pruebas y es hora de mostrar el resultado."

Las figuras solo se limitaron a mirar con expectativa.

Un dibujo se formó al frente de la figura y mostró una escena:

La figura estaba hablando con un ser humano que tenía cabello negro, chamarra holgada verde, pantalón casual oscuro y apariencia promedio.

Una hoja de papel se manifestó entre medio de ambas siluetas y se vieron las palabras escritas.

"Contrato de simbiosis entre la digna de la gracia: madre de lo efímero, y el ser humano corrompido: Caín.

Fecha máxima de vigencia: hasta que se termine de contar la última historia.

Cláusula número uno: si el humano llega a realizar algún pacto con cualquier otro digno de la gracia, todas las habilidades extras que se le han otorgado desaparecerán y su misma existencia pasará a ser propiedad de la madre de lo efímero.

Esto puede cambiar en el hipotético caso en el que ambas partes estén de acuerdo.

Cláusula número dos: si el humano revela los secretos detrás de los dignos de la gracia a otros de su especie, excluyendo al compañero de la última vida, el contrato expirará y se repetirán las medidas legales establecidas en la cláusula número uno.

Esto puede cambiar en el hipotético caso de que la madre de lo efímero llegase a perecer. (esto no pasará)

Cláusula número tres: si la madre de lo efímero decide no cumplir con ninguna de las peticiones hechas en la última vida por parte del humano, ella quedará bajo jurisdicción de los remanentes que decidirán cuál será su sentencia.

Esto puede cambiar en el caso hipotético de que los remanentes perezcan por algún motivo antes de la fecha marcada.

Adición: esta cláusula fue añadida tras la vida número novecientas noventa y nueve. Los términos se mantienen iguales.

Cláusula número cuatro: el humano debe de cumplir con el pacto secreto hecho entre él y la madre de lo efímero. Si llegase a incumplir las condiciones de dicho acuerdo, la humanidad perecerá bajo las trompetas del apocalipsis sin posibilidad de salvación.

Esto puede cambiar si la madre de lo efímero lo decide.

Cláusula número cinco: si la humanidad se encuentra al borde de la extinción debido a algún motivo externo al pactado, exceptuando la cláusula numero cuatro, la madre de lo efímero debe de intervenir y evitarlo por cualquier medio.

Esto no se puede cambiar bajo ninguna circunstancia.

(Letras pequeñas): Todo esto puede cambiar si la madre de lo efímero lo requiere. La propiedad de la existencia del individuo pasará a ser de la madre de lo efímero si se llega a la resolución esperada.

Este contrato fue hecho para validar el acuerdo hecho entre ambas entidades y evitar que se rompan la normativas impuestas verbalmente.

Firma: madre de lo efímero. Firma: Caín."

Las figuras en las bancas vieron esto con sorpresa e indignación.

"¡Pecadora! ¡habías falsificado las pruebas!"

La declaración resonó en todo el espacio, con palabras de afirmación siguiéndola.

La figura encapuchada movió la cabeza y habló.

"No, hermanos y hermanas. Mi defensa anterior se sigue manteniendo. Para demostrarlo, quiero que pase adelante el juez."

Las figuras en las bancas se callaron al oír dichas palabras, nunca hubieran esperado escuchar eso.

La figura envuelta en oscuridad pasó al medio del altar y esperó pacientemente.

"¿Es cierto o no, que habías hecho un pacto con un anormal antes de mi supuesto pecado?" La figura encapuchada preguntó.

"Si, es cierto."

Los espectadores en las bancas mostraron gestos y entonaciones sorpresivas.

"Sin embargo, al igual que tú, he tenido mis motivos para hacerlo." La figura envuelta en oscuridad señaló a la encapuchada.

"Estimados compañeros dignos. ¿Acaso no están cansados del constante peligro que corremos gracias a los seres humanos?"

"Tenemos que mantenerlos alejados de ellos debido a los remanentes que ellos originan. Yo me he cansado de vivir de esa forma, no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados esperando a que llegue eventualmente nuestro final."

A diferencia de las miradas de disgusto que las figuras lanzaron a la encapuchada, cuando la que estaba envuelta en oscuridad habló, todos hicieron gestos comprensivos.

"¡Sí, yo estoy harto de eso!" espetó una de las figuras en la banca.

Las demás siguieron ese eco con sus propias declaraciones.

"¡No es justo que tengamos que escondernos por culpa de esos retrógrados!"

"¡Sí, ellos solamente causan guerra y destrucción sin siquiera pensar en lo que le pasa a sus semejantes!"

"¡¿por qué nosotros tenemos que sufrir por ellos?!"

La figura envuelta en oscuridad hizo un gesto con el dedo y señaló al público.

"¡Exacto! Es por eso que yo he decidido intervenir."

"Hice un acuerdo con ese tal general para que pudiera extinguir a la raza humana de una vez por todas. Aunque es repulsivo, él definitivamente tiene el poder y el deseo para hacerlo."

"A cambio de eso, le he dado herramientas que le facilitarán cumplirlo. Pero no se tienen que preocupar. Una vez que el remanente esté a punto de cumplir con el objetivo, tengo fé en que ustedes interferiran y acabarán con él. Para así, eliminar todos los posibles riesgos."

"He hecho todo esto porque estoy harto de la existencia de los seres humanos y lo que provoca. También, porque confío en ustedes. Confío en que piensan lo mismo. Confío en que consideran más preciada la supervivencia de nuestra raza a la de esos primates."

La mayoría de las figuras gritaron en acuerdo, aplaudiendo vivazmente lo que se había dicho. Solo algunas se quedaron en silencio, sumidos en sus pensamientos.

Una de las figuras que no había gritado ni aplaudido habló.

"Bueno, supongamos que lo que dijiste es cierto, eso no cambia el hecho de que has ido en contra de las sagradas escrituras, ¿cómo piensas pagar por eso?"

"Bueno, según la norma dictada por el primigenio en la fecha [ininteligible], siempre que se haya encontrado un motivo justo para intervenir y que se haya demostrado que ese motivo sea para proteger la existencia de los dignos de la gracia, el castigo quedará a cargo de los mismo. Yo considero que ha habido una justificación suficiente."

"No, pero eso no es-" El espectador que había hecho la pregunta estaba a punto de refutar pero fue interrumpido.

"Así que, ¿qué castigo piensan que es justo, hermanos y hermanas?"

"¡Ninguno! ¡¿Cómo es posible que le demos un castigo a nuestro Salvador?! ¡tú mereces nuestra alabanza!" Gritó una figura y todos gritaron en acuerdo.

Algunos aún se mostraban escépticos ante lo ocurrido.

La figura encapuchada desapareció del espacio.

Los demás espectadores al observar esto se callaron y también desaparecieron al instante del tribunal.

Consideraban que la figura encapuchada era culpable por interferir con su salvador.

La figura envuelta en la oscuridad se esfumó y todo el espacio se hizo añicos.

De esta manera, las trompetas comenzaron a sonar.