Fecha exacta desconocida, antes del apocalipsis y el juicio final.
En un espacio rodeado por un campo magnético invisible, habían incontables entidades de diferentes tipos.
Algunos tenían una apariencia de total oscuridad que se tragaba la luz.
Otros eran cerdos parados en dos patas en estado de descomposición.
Unos cuantos parecían personas normales, pero tenían ojos enormemente abiertos con una sonrisa mientras sacaban una lengua anormalmente larga y salivaban; una expresión de locura y perversión.
Otros tenían figuras humanas con trajes elegantes, cabello pulcro en retroceso y portafolios grandes. Pero pese a esto, todo en su ser gritaba hipocresía.
Entre tantas entidades diferentes, no se podía distinguir a todas.
Se manefistaron dos figuras afuera del campo magnético. Una vestida con una manta lechosa y otra con una armadura de cuerpo incompleto.
La figura con manta le dijo a la que tenía la armadura:
"Tú puedes atacar los sistemas integrados detrás de las cosas con vacíos en las leyes que los conforman, ¿verdad?"
"Así es, fantasma de las mil caras. Sin embargo, no puedo ejecutar habilidades defensivas con eso."
"No importa, lo que necesitamos aquí son tus ataques. Además, ¿por qué de repente me llamas por mi nombre?"
"Es que sonaba genial." La figura con la armadura soltó una risita.
"Buagh, siempre eres raro. Muy bien, es hora de que ataques esta zona de concentración negativa."
"¿Y tú que harás?"
"Yo esperaré a que termines y cuando lo hagas, nos sacaré a los dos de aquí antes de que los remanentes nos consuman."
"Ya veo, al fin eres útil en algo."
"No me hagas empezar. ¿Tengo que recordarte cómo es que te convertiste en un fragmento incompleto de lo que solías ser?"
La figura con la armadura se quedó completamente callada.
"Eso me imaginaba. Ahora empieza." Dijo el fantasma de las mil caras.
La figura con la armadura sacó una lanza blanquecina con punta negra de su pecho.
Un panel ilusorio se manifestó enfrente suyo.
La figura miraba con detenimiento las opciones que mostraba el panel.
Al ver una que llamó su atención, apuntó la lanza. Esta empezó a mostrar imágenes intermitentes de la misma y diferentes colores empezaron a parpadear.
La figura lanzó el proyectil en dirección al panel ilusorio. Lo atravesó y el campo magnético empezó a desvanecerse lentamente.
"Muy bien, ya he cumplido con mi tarea. Ahora vamonos."
Una de las palabras escrita en la manta del fantasma de las mil caras se desprendió y un espejo se materializó enfrente de ambos.
"Siempre he tenido una duda, ¿cómo es que haces eso?" Dijo el fantasma de las mil caras.
"Pues, ya lo explicaste tú, ¿no?"
"Sí, pero no entiendo exactamente cual es el vacío que buscas en los sistemas."
"Ah, mira. En esta ocasión el vacío que he encontrado es el siguiente."
"Las reglas que conformaban al campo magnético decían que las entidades dentro del espacio no podían salir y que no podía ser destruido desde afuera por ataques físicos o intangibles."
"Pero, ¿que pasaría si el ataque en cuestión como tal no fuera eso, si no un objeto que es tangible y a la vez inexistente?"
"Como tal, algo intangible puede existir aunque no se pueda tocar. Pero algo inexistente no. Así que he usado eso a mi favor ya que no se especificaba que no se podía hacer."
"Eso... no tiene sentido." La figura con la manta se mostraba algo confuso.
"Exacto. Aunque realmente, ni tú ni yo tenemos sentido."
Mientras las figuras conversaban, el campo magnético terminaba por desvanecerse.
Antes de que las entidades dentro de este pudieran abalanzarse sobre ellos, habían desaparecido pasando a través del espejo.
...
9 de mayo, distrito 5, hora del inicio del fin del mundo.
La tormenta de fuego implacable salpicaba todo a su alrededor. Quemando los árboles, la hierba y los animales.
El olor a carne chamuscada y humo concentrado impregnaba el aire de manera sofocante.
Los pulmones de Edward empezaron a inhalar todo lo que había.
El joven comenzó a toser y su visión se fue nublando rápidamente. Sus oídos se taparon y podía oír lo que pasaba de manera distante.
Cuando estaba a punto de desmayarse, vio a un hombre de cabello negro y ojos grises ayudandole a levantarse.
Mientras esto pasaba, con su visión borrosa, vio una leve sonrisa macabra dibujada en su rostro.
Sin embargo, antes de poder aclarar su vista, se desmayó.