capítulo 1

El clima de esa costa siempre ha tenido cambios muy bruscos, aunque la mayoría del tiempo es un clima agradable para cualquier persona. La atmósfera de la costa siempre ha tenido esa gran sensación de dulzura, como el gran abrazo de mamá o las palabras "estoy orgulloso, hijo" de papá. Todo en ese lugar era hermoso: las vistas, las olas, la arena es catalogada como la mejor arena que ha tenido este miserable planeta. Pero desde esa noche, algo extraño ocurrió. Esa atmósfera tan reconocida mundialmente tuvo un cambio algo sorpresivo. Ya no se siente con esa calidez; ahora es más como la mirada de decepción de tu madre o el "estoy decepcionado, hijo" de tu padre. El único que lo logró sentir fue Nico.

Nico siempre fue muy entusiasta, curioso, de 19 años, midiendo 1.70, con su piel suave, de tono caramelo. Sus ojos negros demuestran el daño que le ha causado la sociedad. De complexión delgada, sus labios, muy poco carnosos, tienen ese tono de suavidad que tanto lo caracteriza, se la pasaba jugando con sus amigos en la escuela. Creció en un ambiente agradable. El cariño que sus padres le dieron fue lo que hizo que siempre tenga energía y felicidad para repartir. Pero en los trabajos siempre fue odiado, ya que esa gran felicidad que desbordaba de su ser es repulsiva para los demás, lo que lo desanima cada vez más, pero sigue luchando contra todo el mal que la gente quiere que le pase. Todas las noches se pregunta: "¿Por qué la gente buena siempre es la que más sufre?". Sin respuesta alguna, duerme deseando que haya un lugar de trabajo que no lo trate mal ni mucho menos lo desprecie.

Al llegar a la costa, lo notó: el clima raro, con un hambre de odio, desesperación, algo anormal en Nico. Ya no soporta a sus compañeros, ¿o fue la costa quien lo está cambiando? Las olas golpeaban con una furia desatada, imposible de controlar. El agua se veía inusualmente extraña; ya no es un agua clara capaz de purificar hasta el peor de tus pecados. Ahora se le podría decir agua clara como los deseos humanos, llena de maldad, impurezas, capaz de corromper a la mejor persona de este mundo.

Nico, el más joven de todos. Se encontraba observando el horizonte. Entró a la fábrica conociendo el peligro que estas conllevaban, aunque nunca le tomó importancia a esto. Ese día algo dentro de Nico le decía: "Esto no se encuentra bien", buscando la manera de irse lo más pronto posible, inventándose dolores, enfermedades; simplemente quiere huir del lugar. Esto llamó la atención de varios trabajadores, unos, por supuesto, burlándose de él simplemente por parecer más niño que adulto; otros, apoyando a Nico, pidiéndole al jefe que lo dejase ir si se encuentra mal.

Por los sentimientos de burla, decidió quedarse para demostrar que él tiene mejor fortaleza que los ancianos que tiene como equipo.

Cuando el reloj da las 22:28, fue que Nico logró escuchar un terrible rugido. Se quedó pensando: "Tal vez es mi estómago, otra vez se me hizo tarde y me vine sin comer ni un trozo de pan". Como de costumbre, se preparó su taza de café y agarró el pan dulce que trajo con él.

En seguida lo notó, todas las malas vibras que sentía, todo el mal que pensaba. En ese momento se dio cuenta: una bestia gigante frente a su temblorosa mirada. Dejó caer su taza favorita, soltando el peor grito que alguien puede escuchar. Corrió al borde viendo cómo esa gran bestia comenzaba a sumergirse en el mar. ¿Con unos tentáculos? ¿Aletas? ¿Qué son esas gigantescas partes de la bestia, retorciéndose de una forma tenebrosa?

Al escuchar el grito de Nico, corrió su único amigo Arny. Llegó al rescate, vio cómo él estaba de rodillas temblando y le empezó a decir:

—¿Nico? ¿Me escuchas?

Nico, balbuceando sus palabras:

—E...e....eee... el mar...

—¿El mar? ¿Qué tiene? Sé que no se ve del todo bien, pero dime ya qué fue lo que pasó.

Nico, con el corazón latiendo a mil, solo le quedó caer a los pies de Arny.

Cuando Nico reaccionó, estaba en la enfermería. En el momento en que despertó, se puso como loco, mirando a todas partes sin frenesí, hasta que Arny lo cacheteó de ambos lados dos veces.

—¡Reacciona, estúpido! ¿Qué fue lo que viste en el mar? Tienes que dar una explicación para poder entenderte.

Nico le contó cómo fue la criatura que vio, lo grande que era y cómo pensaba que esa criatura es lo que lo tenía tan preocupado cuando llegó. Al terminar, Nico se dio cuenta del rostro de Arny. No hay palabras para describir el horror que se le marcaba en su rostro.

En ese instante, Arny le preguntó:

—¿Quieres seguir trabajando o prefieres renunciar? Yo te apoyaré. Sea cual sea tu respuesta, me tendrás a mí como apoyo.

Nico prefirió renunciar antes que seguir en ese lugar tan tóxico, tanta energía robada por sus compañeros.

Esa noche, Nico regresó a casa temblando. Con lo sucedido, no pudo dormir ni calmarse. Decidió comenzar a investigar esa criatura. Necesita conocer cómo es que algo tan horripilante existe en este mundo.