—¡Basta de hablar, hoy aseguraré la posición de Maestro de la Prisión Exterior! —rugió Xiao Zheng, su cuerpo envuelto en un aura asesina—. ¡Empujó su velocidad al límite!
Los ojos de Zhang Tianfeng se oscurecieron, su impulso se disparó, enfrentando a este freak dominante que luchaba solo contra muchos, ¡incrementó su fuerza y velocidad al máximo!
—¡Rugido! —gruñó Zhang Tianfeng.
Los dos se movieron más rápido que los límites humanos, chocando entre sí como dos sombras fugaces.
—¡Bang bang bang! —puños y palmas colisionaron ferozmente, emitiendo una serie de sonidos sordos y explosivos.
Tras un breve intercambio, los dos rápidamente se separaron.
Xiao Zheng frunció el ceño ligeramente, secretamente sorprendido de que Zhang Tianfeng realmente era un oponente formidable.