—¡Hmm!
Xiao Zheng asintió con fuerza, sus ojos se estrecharon, y sugirió:
—Señores, ha llegado el momento crítico de combatir en los cielos. Si logramos atacar con éxito y salvar la vida de más de cien pasajeros depende de nosotros.
—¿Qué quiere decir, señor Xiao? —los dos oficiales de seguridad estaban desconcertados—. Maldita sea, ¿qué hora era para seguir pensando en atacar? ¿No estaban simplemente obligando a los criminales a la desesperación?
—Ambos provienen de un trasfondo comando. Consideren esto una irrupción enérgica en las líneas enemigas para rescatar a camaradas. El éxito o el fracaso depende de esta única acción. ¡Hagámoslo!
La expresión de Xiao Zheng se endureció, y gritó en voz alta, su aura imponente se expandía, haciéndolo parecer un dios demonio.
—¡Hagámoslo!
Los dos oficiales de seguridad también encendieron su espíritu de lucha, manteniendo la cabeza alta, con táseres en mano, listos para el combate.