Al anochecer, el enorme barco de Xiao Zheng ya se había detenido fuera de la isla.
—¿Se ha activado el sistema anti-vigilancia? —preguntó Xiao Zheng.
—Se ha activado —respondió Long Qie respetuosamente.
—Hmm.
Xiao Zheng asintió con la cabeza. El sistema anti-vigilancia en este barco fue obtenido por Xiao Zheng a través de los canales de Futu: un conjunto de equipo militar con efectos extremadamente potentes. Una vez activado, ni el radar ni cualquier otra cosa podrían detectar los movimientos del coloso. Era como si se hubiera lanzado una técnica de invisibilidad sobre él.
—¿Cómo están los preparativos de todos? —Xiao Zheng preguntó más allá.
—La moral está alta —Long Qie sonrió.
—Muy bien, entonces declaro, ¡la operación comienza ahora! —La mirada feroz en los ojos de Xiao Zheng estalló como un trueno—. Titan —llamó con aspereza.
—El subordinado está aquí. —Titan dio un paso al frente y se arrodilló ante Xiao Zheng.