Débil

Un conjunto de espinas de hierro salió disparado de la pared, casi empalando a Selene.

Ella reaccionó instantáneamente, retorciendo su cuerpo en un elegante salto, aterrizando grácilmente al otro lado.

—Cerca —murmuró, sacudiendo el polvo.

El corazón de Aria latía fuertemente.

Este laberinto no era solo un rompecabezas. Era una trampa mortal.

Selene sonrió con suficiencia. —Supongo que esto no será aburrido después de todo.

Otro rugido se escuchó, esta vez más cerca.

Luego—movimiento.

De uno de los oscuros corredores, emergió algo—una bestia cuadrúpeda hulking, con ojos rojos brillantes fijados en ellos.

Un Guardián del Laberinto.

En el momento en que los vio, cargó.

—¡ESPARCÍOS! —gritó Ronan.

Aria apenas tuvo tiempo de pensar antes de que la enorme criatura se lanzara hacia adelante, sus poderosas extremidades sacudían el suelo debajo de ellos.