Alfa Derrick entró en el vestíbulo del hospital, su expresión seria e indescifrable.
Mona caminaba de un lado a otro furiosamente, con los puños apretados, su frustración palpable. En el momento en que lo vio, se dirigió hacia él a toda prisa.
—¡Derrick, esto es ridículo! —exclamó—. ¿Cómo puede desaparecer un alfa completo de un hospital sin dejar rastro? ¿Qué clase de seguridad tienen aquí?
Alfa Derrick levantó una mano para calmarla.
—Llegaremos al fondo de esto, Mona. No perdamos el enfoque.
El médico de guardia, visiblemente tembloroso, se acercó a ellos con hesitación.
—Alfa, Luna, lo juro, esto está más allá de cualquier cosa que haya visto. Alfa Darwin estaba en su cama la última vez que revisé.
—Guárdalo —Mona lo interrumpió bruscamente—. ¡Si estuvieras haciendo bien tu trabajo, no habría desaparecido!
Alfa Derrick colocó una mano firme en el hombro de Mona.