Mohandria, Lisa y Kaitlyn estaban sentadas en silencio, sus expresiones reflejando la misma preocupación que todas sentían.
La habitación estaba en silencio, pero el peso de sus emociones hacía que el aire se sintiera denso.
Kaitlyn, que había estado jugueteando con sus dedos, finalmente rompió el silencio.
—¿Así es como vamos a quedarnos sentadas aquí sin hacer nada? ¡No tenemos idea de dónde está Kimberly ni qué le ha pasado! —dijo con irritación, la frustración y la impotencia hirviendo en su interior.
Mohandria suspiró, intentando mantener la calma. —Lo sé, Kaitlyn. Pero entrar en pánico no la traerá de vuelta. Necesitamos un plan.
Lisa, que apenas había hablado, finalmente levantó la mirada. —Entonces, ¿qué hacemos? Ha pasado demasiado tiempo. ¿Y si le ha pasado algo terrible? —Su voz se quebró al final, haciendo evidente que apenas contenía las lágrimas.